Test de Oxitocina.
El test de Posse es una de las técnicas que existen para conocer el estado de bienestar fetal. Se trata de provocar en una embarazada contracciones uterinas similares a las del parto mediante la administración endovenosa de oxitocina para valorar si el bebé tolerará esas contracciones el día del parto.
El test de oxitocina no es una prueba habitual en la actualidad: “la recomendación de esta prueba de Posse generalmente llega a las embarazadas cuando en un registro basal el bebé está poco reactivo, o cuando se sospecha que puede presentar problemas en el momento del parto con las contracciones uterinas (aparecen las famosas desaceleraciones-disminuciones de la frecuencia cardiaca del bebé tras una contracción), pero es raro que se practique, porque normalmente se opta por otro tipo de controles” señalan especialistas.
“Hoy en día no es una prueba que se recomiende. Cuando se realizaba de forma más frecuente, hace varios años, se indicaba en pacientes en las que había una sospecha de que el bebé no fuese a tolerar el trabajo de parto, pero se cree que entraña más riesgos que beneficios”, explican.
En cuanto a las contraindicaciones, se trata de una prueba que no debe realizarse en casos de placenta previa, cicatrices uterinas, ni embarazos gemelares. Además, para la ginecología es importante destacar que el test de oxitocina nunca se practica en embarazadas de menos de 28 semanas; siendo a partir de la semana 37 el momento más idóneo porque “la prueba puede desencadenar el parto”, y no será hasta a partir de este momento cuando el bebé podrá nacer con una mayor seguridad.