Test Rápido de Anticuerpos – Farmacoop – Villa Luro, Comuna 10.

Publicado: 25 ene 2021
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La empresa Farmacoop de Villa Luro (Medina 138), recuperada por sus trabajadores, de producción nacional y autogestiva, acaba de registrar el primer test rápido de anticuerpos de COVID-19 de desarrollo argentino.

El laboratorio era antes Roux Ocefa, que se funda en 1935 en la Argentina.

Fue pionero en algunos productos como los sueros. Tenía dos plantas productivas, una planta administrativa en el centro y un campo de mil trescientas hectáreas en Mercedes donde se cosechaba parte de la materia prima para generar medicamentos.

Para la década del noventa, junto con Roemmers, por ejemplo, era una de los laboratorios más grandes de la Argentina, de capitales nacionales. Luego de los 2000 el laboratorio empieza mermar en su grandeza, bajo la gestión ya de una tercera generación. El que estaba al mando era el nieto del fundador.

Para 2015-2016 el laboratorio venía bastante flojo. Eran unas 500 personas trabajando en toda la estructura.

En 2016 entra en concurso de acreedores, con grandes deudas con AFIP.

El 2 de enero de 2017 realizan la primera ocupación de la planta de Villa Luro, que duró tres meses y medio, hasta que se decidió crear una cooperativa (medida muy resistida desde muchos ámbitos).

En esa época el Sindicato de Sanidad trae un comprador con el que se acuerda levantar la medida de fuerza si  se comprometían a sostener los puestos de trabajo.

Durante 2017 y 2018 se trabajó de manera bastante floja, porque las plantas estaban deterioradas. Y ya para 2018 vuelve a cambiar la patronal y empiezan a despedir masivamente y vaciar el laboratorio.

Se empiezan a llevar las máquinas, movieron a trabajadores a otras plantas de este grupo empresario, una en San Isidro, por ejemplo. Finalmente terminan de despedir a todos los trabajadores de la planta de Villa Luro y es ahí cuando se organizaron para cuidar que no se lleven las maquinas del laboratorio.

Esto acompañado de todas las presentaciones judiciales correspondientes, en octubre, la Cámara de Apelaciones da el visto bueno e ingresan a la planta y en diciembre finalmente logran que decreten la quiebra.

En 2019 permiten la continuidad y se conforman como cooperativa, la primera industria farmacéutica recuperada por sus trabajadores y trabajadoras. 

Es un sector que requiere de tecnología y maquinaria específica para poder tener la autorización de la autoridad sanitaria para trabajar.

Las dos plantas estaban clausuradas por ANMAT, con una infraestructura vieja también.

 

La idea del desarrollo y la implementación productiva del test surge de algo que discuten con el Vasco (Eduardo) Murúa cuando asume la dirección de empresas recuperadas en el ministerio de Desarrollo Social.

Es un plan estratégico que se llama «Sustitución de importaciones por autogestión (SIA)», para producir insumos o productos que no se fabriquen en la Argentina.

Este proyecto comenzó en junio del año pasado con el apoyo de Murúa y también de la empresa asociada que realizó la inversión en la maquinaria de última generación, que fue traída de Estados Unidos.

Ya venían trabajando con la Secretaría de Extensión de la Universidad de La Plata y entonces aparece el CINDEFI, que es un grupo de investigación de La Plata, que forma parte del CONICET, que ya venía desarrollando este test serológico de detección de anticuerpos.

Básicamente este test mide si vos tenés los anticuerpos que genera el organismo cuando está en contacto con el virus. 

Si da positivo, lo recomendable es hacer una PCR, porque es probable que estés cursando la enfermedad. 

Si da negativo, quiere decir que ya se la cursó.

Es un tipo de determinación que tiene muchos años. Se utiliza para muchas otras infecciones. En la Argentina hay muchos productos de ese estilo pero son todos provenientes de países como China y hechos a base de sueros, básicamente ADNs, de oriente.

La ventaja que tiene este es que se hizo todo con sueros argentinos a medida del ADN de nuestra región dando otra sensibilidad.

Se contactan con el INTI para sintetizar algunas proteínas que forman parte de los componentes.

Con una fábrica de plásticos de Moreno acuerdan la producción del casete donde va la cinta reactiva.

Este test sustituye importaciones y es una tecnología de punta; lo están produciendo 40 trabajadores que llegaron cobrando un plan social.

Las máquinas pueden producir 100 mil test de manera mensual.

Hoy llegan a producir 10 mil tiras semanales.

Y no solo se podría destinar a COVID. se podrían hacer test de dengue, zika. Infecciones estacionales que tenemos acá en la Argentina.

Fuente: Agencia Paco Urondo