Tinnitus o Acúfeno.

El tinnitus o acúfeno afecta a la calidad de vida de las personas que lo padecen, y una correcta terapia puede enseñar a convivir con ellos y recuperar la calma.

Algunas personas experimentan un zumbido ocasional (rugido, silbido, murmullo o tintineo) en sus oídos, debido a diferentes factores, ocasionándoles un gran malestar.

Cuando este sonido no mejora o no desaparece se llama tinnitus, y afecta la calidad de vida y el deterioro cognitivo de quien lo padece. Los acúfenos de tinnitus son la percepción de zumbidos permanentes en los oídos que no proceden de una fuente sonora externa, sino una interpretación incorrecta de los impulsos nerviosos por parte del cerebro.

Afectan a personas de cualquier sexo y edad, especialmente entre los 30 y 50 años, y en muchos casos están estrechamente relacionados con la pérdida auditiva. En algunos casos, el sonido se percibe al compás de los latidos cardíacos o de la respiración, es constante y aparece y desaparece.

Existen dos tipos de tinnitus:

AGUDOS: se manifiestan en períodos breves, no implican pérdida auditiva y desaparecen espontáneamente. 

CRÓNICOS: persisten durante más de seis meses y puede acabar convirtiendose en un verdadero problema para quien lo padece.

Acúfenos y bienestar

En mayor o menor grado, estos sonidos afectan la calidad de vida. En algunos casos, su padecimiento puede traer dificultad para conciliar el sueño, incapacidad para concentrarse en los estudios o en la vida profesional, pérdida de equilibrio, irritación, ansiedad y/o fatiga. Sin embargo, con una terapia apropiada y personalizada pueden paliarse las molestias y recobrar de nuevo la calma.

Las causas que lo provocan, pueden ser:

• La exposición prolongada a ruidos de elevada intensidad (una de las más comunes). Por esto, es conveniente utilizaprotectores auditivos si se trabaja en industrias, fábricas, discotecas u otros ambientes con ruido fuerte y constante.

• Infecciones en los oídos.
• Pérdida auditiva.
• Tensión nerviosa o estrés.
• Golpes en la cabeza.
• Problemas en las cervicales o en las mandíbulas.

Ante los primeros síntomas es aconsejable recurrir a los especialistas para el control de los oídos, y poder tratar el padecimiento antes de que se convierta en crónico.