Tos Nerviosa.
La tos puede llegar a conocerse como un síntoma común de resfriado.
Sin embargo, este no es el caso de la tos nerviosa, la cual se conoce también como tos seca: sin flema, repetitiva e irritante, que puede llegar a ser muy molesta. Este tipo de tos es provocada por causas nerviosas o emocionales.
En ocasiones, lo que se muestra más como un caso de tos seca es una reacción somática a ciertas situaciones de estrés o desequilibrio emocional. Por lo general, quien es afectado no relaciona la causa con el efecto y puede justificarse como una reacción al frío, un perfume intenso o un resfriado común.
La tos nerviosa o, como también se conoce, tos psicógena, no representa un peligro para la salud, aunque sí puede tener consecuencias a nivel emocional. Todo esto puede estar relacionado con la seguridad o la autoestima, ya que nuestras actividades regulares de la vida diaria pueden ser interrumpidas tanto a nivel personal como profesional.
Como el diagnóstico de este tipo de tos es algo complicado, los médicos por lo general tratan de corroborar que no pasan por alto cualquier consideración de otra índole que pueda acarrear consecuencias para la salud.
Las características de esta tos es que es seca y ronca, y con el pasar del tiempo puede afectar las cuerdas vocales y la laringe.
Existen dos formas de manifestarse este tipo de patología:
- La tos nerviosa puntual. Puede darse en un momento de nervios por ejemplo a la hora de exponer o dar una charla en público. Se genera debido a la activación del reflejo de la tos en una situación de nervios, provocando sequedad de boca y garganta, y generando molestias.
- La tos recurrente. Puede manifestarse por factores psicológicos como el estrés o la ansiedad, donde nuestros hábitos respiratorios pueden verse afectados, lo que irrita nuestra garganta y limita el suministro de oxígeno.
El origen de la tos nerviosa que se presenta en el plano físico, se origina en el plano psicológico o mental. Un hecho traumático puede alterar nuestro sistema nervioso en algún momento, por ejemplo, cuando las personas se encuentran bajo mucha presión o sometidos a un exceso de estrés durante un largo tiempo donde se genera el detonante de la tos. Es decir, la presencia de algún trauma debido a una situación emocional puede alterar el sistema nervioso y causar la tos.
Las situaciones de estrés sostenidas en el tiempo pueden llegar a comprometer nuestro sistema inmunológico y defensivo abriendo puertas a dolencias o trastornos somáticos o no.
Para identificar una de las principales características de la tos nerviosa, y que la diferencia de la tos seca, hay que prestar atención a las causas fisiológicas. La tos nerviosa durante el día se presenta como incontrolable y de forma brusca, pero por la noche desaparece o deja de manifestarse en aquellos momentos en que la persona está distraída.
Fuera de la relevancia de este hecho, la tos nerviosa se presenta con la misma mecánica que la tos seca. Si se presentan en algún momento síntomas como secreción nasal, congestión, mucosidad o flema no estaríamos frente a un caso de tos nerviosa sino frente alguna patología o dolencia por determinar.
Este tipo de tos se manifiesta como una tos convencional provocando irritación de las vías respiratorias superiores y dolor de garganta.
Pero puede complicarse si se une a otras patologías existentes y presenta los siguientes síntomas:
– Es una tos seca, sin moco, ni flema.
– Dura más de ocho 8 semanas.
– Es una tos que no es constante; puede aparecer de día o de noche, según el caso.
– No aparece mientras se habla.
– No se presentan otras complicaciones respiratorias ni otro tipo de dolencia.
– Al igual que la tos convencional, la tos seca puede irritar las vías respiratorias.
– La tos desaparece cuando la situación del individuo o el estrés mejoran.
– En caso contrario al punto anterior, la tos se presenta cuando la persona se relaja, después de un tiempo de estrés, angustia o tensión emocional.
– Es común que las personas enfermen al pasar una situación emocional intensa o realicen un sobreesfuerzo a nivel laboral.
La tos nerviosa puede presentarse tanto en adultos como en niños.
A pesar de que los niños no tienen tantas inquietudes como los adultos, ellos también pueden presentar tos nerviosa debido a los deberes escolares o preocupaciones familiares.
Recordemos que esta tos no es sintomatología de alguna enfermedad como gripe o resfriado; la tos nerviosa llega a causa de diferentes factores.
Al tener la sospecha de los síntomas de tos nerviosa la persona puede ser sometida a una serie de pruebas. Las principales pruebas pueden ser las tomografías computarizadas, radiografías de tórax, espirometría, pruebas de esputo bacteriológico y pruebas de provocación.
Realizar estas pruebas permiten excluir todas las demás causas de tos crónica, cáncer de pulmón o asma bronquial. La psicoterapia bajo la supervisión calificada de un psicoterapeuta es una de las formas efectivas de curar esta tos nerviosa.
Una tos nerviosa que dura años puede tener un efecto negativo en la salud, pero desafortunadamente algunas personas rechazan el diagnóstico; muchos no se motivan y evitan someterse a este tipo de tratamiento.
La tos nerviosa a nivel físico se manifiesta de igual forma que la tos seca convencional. Algunos tratamientos antitusivos pueden ayudar a aliviar la irritación y calmar la tos seca.
De una manera poco convencional también se hace la recomendación de algunos remedios naturales que ayudan a disminuir la tos nerviosa entre ellos encontramos:
– Gárgaras de miel y limón.
– Caldos y sopas.
– Caramelos.
– Chocolate negro (60 gramos).
– Infusiones de jengibre, tomillo, malvavisco, regaliz.
Otras de las formas de mejorar los síntomas de la tos nerviosa, sería aprender a gestionar correctamente las emociones (pensamientos recurrentes, miedo e hipocondría, entre otras).
Una actividad que puede ayudar a mejorar el estado de ánimo es la práctica del ejercicio. Algunas disciplinas como el yoga o la meditación para soltar el estrés y aprender a respirar adecuadamente y así calmar la mente son también muy buenas prácticas para calmar la tos.
Por último, otro tratamiento para la tos psicógena es la psicoterapia. Sin embargo, este tratamiento se puede realizar solo después de un diagnóstico que por lo general dura varias semanas o meses.