Viruela Símica.

Publicado: 16 ago 2024
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La viruela símica (mpox) es una enfermedad producida por un virus, que se puede transmitir de animales a humanos y de una persona a otra a través del contacto físico piel a piel.

 

  • La viruela símica es una enfermedad causada por el virus del mismo nombre, una especie del género Orthopoxvirus  de la que existen dos clados diferentes: I y II.
  • Los síntomas comunes son erupciones cutáneas o lesiones mucosas que pueden durar de 2 a 4 semanas, acompañadas de fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, falta de energía e inflamación de los ganglios linfáticos.
  • La viruela símica puede transmitirse a los seres humanos por contacto físico con personas infectadas, materiales contaminados o animales infectados.
  • La confirmación de laboratorio se realiza analizando material de las lesiones cutáneas mediante PCR (reacción en cadena de la polimerasa).
  • La viruela símica se trata con cuidados de apoyo. Las vacunas y tratamientos para la viruela cuyo uso está aprobado en algunos países pueden utilizarse contra la viruela símica en algunas circunstancias.
  • En 2022-2023 se produjo un brote mundial de viruela símica causado por una cepa conocida como clado IIb.
  • La viruela símica se puede prevenir evitando el contacto físico con quien la padece. La vacunación puede ayudar a prevenir la infección en personas en riesgo.

 

La viruela símica, enfermedad infecciosa causada por un virus, puede provocar una erupción dolorosa, inflamación de los ganglios linfáticos y fiebre. La mayoría de las personas se recuperan totalmente, pero algunas enferman gravemente.

Cualquiera puede contraer la viruela símica por contacto con:

  • personas infectadas, al tocarlas, besarlas o mantener relaciones sexuales;
  • animales infectados, al cazarlos, despellejarlos o cocinarlos;
  • materiales contaminados, como ropa de vestir o de cama o agujas;
  • además, las embarazadas pueden transmitir el virus al feto.

Si tiene viruela símica:

  • dígaselo a las personas con quienes haya estado en contacto recientemente;
  • quédese en casa hasta que se caigan todas las costras y se renueve la piel;
  • cúbrase las lesiones y lleve una mascarilla bien ajustada cuando esté con otras personas;
  • evite el contacto físico.

La causa de la enfermedad es el virus de la viruela símica (generalmente abreviado como MPXV).

Se trata de un virus con envoltura y ADN bicatenario de la familia Poxviridae, género Orthopoxvirus, al que también pertenecen los virus de la viruela humana, de la viruela vacuna, de la vaccinia y otros. El virus tiene dos clados genéticos: I y II.

El MPXV se descubrió en Dinamarca (1958) en monos destinados a la investigación; el primer caso humano de viruela símica se notificó en la República Democrática del Congo (1970) en un niño de 9 meses. La enfermedad puede transmitirse de persona a persona y, ocasionalmente, de animales a personas. La viruela símica tuvo una emergencia paulatina en África Central, Oriental y Occidental tras la erradicación de la viruela en 1980 y el fin de la vacunación antivariólica en todo el mundo. En 2022-2023 se produjo un brote mundial. Se desconoce el reservorio natural del virus, pero hay varios mamíferos pequeños vulnerables, como ardillas y monos.

La transmisión de persona a persona puede producirse por contacto directo con lesiones infecciosas de la piel o de otras zonas, como la boca o los genitales.

El contagio puede hacerse:

  • cara a cara (al hablar o respirar);
  • piel con piel (al tocarse o mantener relaciones sexuales vaginales o anales);
  • boca a boca (al besarse);
  • boca con piel (al besar la piel o al tener relaciones sexuales orales)
  • por gotículas respiratorias o aerosoles de corto alcance en caso de contacto cercano prolongado.

A continuación, el virus entra en el organismo a través de la piel lesionada, las mucosas (por ejemplo, oral, faríngea, ocular, genital, anorrectal) o las vías respiratorias. La viruela símica puede contagiarse a otros miembros de la familia y a las parejas sexuales. Las personas con múltiples parejas sexuales corren mayor riesgo.

La transmisión de animales a humanos se produce por mordeduras o arañazos, o al cazar, despellejar, manipular cadáveres, cocinar o comer animales infectados. La magnitud de la circulación del virus en las poblaciones animales no se conoce bien y sigue siendo objeto de estudio.

Se puede contraer la viruela símica a partir de objetos contaminados como ropa de vestir o de cama, a través de heridas punzantes en la asistencia de saluld o en entornos comunitarios como los salones de tatuajes.

Los signos y síntomas suelen comenzar una semana después de la exposición, pero pueden hacerlo pasados 1 a 21 días. Suelen durar de 2 a 4 semanas, o más en personas con sistema inmunitario debilitado.

Síntomas frecuentes:

  • erupción cutánea;
  • fiebre;
  • dolor de garganta;
  • dolor de cabeza;
  • dolores musculares;
  • dolor de espalda;
  • falta de energía;
  • ganglios linfáticos inflamados.

En algunos casos el primer síntoma es una erupción cutánea, pero otros pueden presentar antes síntomas diferentes.

La erupción comienza como una mancha que se convierte en una vesícula llena de líquido y puede picar o doler. A medida que la erupción se cura, las lesiones se secan y se cubren de costras que acaban por caer.

Puede haber solo unas pocas lesiones cutáneas o cientos de ellas. Las lesiones pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, como:

  • palmas de las manos y plantas de los pies;
  • cara, boca y garganta;
  • ingles y genitales;
  • ano

Algunos casos también presentan hinchazón dolorosa del recto o dolor y dificultad para orinar.

Los pacientes son contagiosos hasta que todas las lesiones hayan cicatrizado y se haya renovado la piel.

Los niños, las embarazadas y las personas inmunodeprimidas corren el riesgo de sufrir complicaciones.

Lo típico es que primero aparezcan fiebre, dolores musculares y dolor de garganta. La erupción comienza en la cara y se extiende por todo el cuerpo, hasta las palmas de las manos y las plantas de los pies, y evoluciona durante 2-4 semanas por etapas: máculas, pápulas, vesículas y pústulas. Las lesiones se hunden en el centro antes de que se formen las costras, que acaban cayéndose. La linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos) es una característica clásica de la viruela símica. Algunas personas pueden estar infectadas y no presentar ningún síntoma.

En el contexto del brote mundial que comenzó en 2022 (causado principalmente por virus del clado IIb), la enfermedad comienza de forma diferente en algunas personas. En algo más de la mitad de los casos, puede aparecer una erupción cutánea antes o al mismo tiempo que otros síntomas y no siempre progresa por todo el cuerpo. La primera lesión puede producirse en las ingles, el ano o alrededor de la boca o en su interior.

Las personas con viruela símica pueden ponerse muy enfermas. Por ejemplo, la piel puede infectarse con bacterias que provoquen abscesos o lesiones cutáneas graves. Otras complicaciones son: neumonía; infección de la córnea con pérdida de visión; dolor o dificultad para tragar, vómitos y diarrea que causan deshidratación grave o malnutrición; septicemia (infección de la sangre con una respuesta inflamatoria generalizada del organismo); inflamación del cerebro (encefalitis), corazón (miocarditis), recto (proctitis), órganos genitales (balanitis) o vías urinarias (uretritis), y muerte. El riesgo de enfermedad grave y muerte aumenta en pacientes inmunodeprimidos, sea por medicación o por enfermedad. La enfermedad grave es más frecuente en pacientes con VIH que no están bien controlados o tratados.

No siempre es fácil identificar la viruela símica, ya que otras infecciones y afecciones pueden tener un aspecto similar. Es importante distinguirla de la varicela, el sarampión, las infecciones cutáneas bacterianas, la sarna, el herpes, la sífilis, otras infecciones de transmisión sexual y las alergias a medicamentos. Los pacientes con viruela símica también pueden tener otras infecciones de transmisión sexual, como el herpes, y los niños con sospecha de viruela símica también pueden tener varicela. Así pues, las pruebas de laboratorio son fundamentales para que los pacientes sean tratados lo antes posible y se evite una mayor propagación.

La prueba de laboratorio preferida consiste en la detección del ADN del virus mediante PCR. Las mejores muestras son las tomadas directamente de las lesiones cutáneas (piel, líquido o costras) mediante un frotis enérgico; en ausencia de lesiones cutáneas, pueden obtenerse mediante frotis orofaríngeo, anal o rectal. No se recomiendan los análisis de sangre. Las pruebas de anticuerpos pueden no ser útiles, ya que no distinguen entre los distintos ortopoxvirus.

 

Los objetivos terapéuticos consisten en cuidar la erupción, tratar el dolor y prevenir las complicaciones. La pronta atención de apoyo ayuda a controlar los síntomas y a evitar más problemas.

La vacunación contra la viruela símica puede ayudar a prevenir la infección. La vacuna debe administrarse en los 4 días siguientes al contacto con alguien que tenga viruela símica (hasta 14 días después si no hay síntomas).

Especialmente durante los brotes, se recomienda la vacunación de las personas de alto riesgo, como:

  • personal de salud con riesgo de exposición;
  • hombres que tienen relaciones sexuales con hombres;
  • personas con múltiples parejas sexuales;
  • profesionales del sexo.

Los pacientes con viruela símica deben ser atendidos aparte de los demás.

En el tratamiento de la viruela símica se han utilizado varios antivíricos, como el tecovirimat, desarrollado originalmente para tratar la viruela, y hay más estudios en curso. Hay más información disponible sobre la vacunación y el tratamiento de los casos.

La mayoría de los casos se recuperan en 2-4 semanas.

A continuación se muestra lo que tienen que hacer los pacientes y lo que no para aliviar los síntomas y evitar contagiar a otras personas:

Sí:

  • permanecer en casa y, a ser posible, en su propia habitación;
  • lavarse las manos a menudo con agua y jabón o desinfectante, especialmente antes o después de tocar las lesiones;
  • llevar mascarilla y cubrirse las lesiones en presencia de otras personas hasta que se cure la erupción;
  • mantener la piel seca y descubierta (excepto en presencia de otros en la misma habitación);
  • evitar tocar objetos en espacios compartidos y desinfectarlos con frecuencia;
  • enjuagarse con agua salada si tienen lesiones en la boca;
  • tomar baños de asiento o baños templados con bicarbonato de sodio o sal de Epsom para las lesiones corporales;
  • tomar medicamentos de venta sin receta para el dolor, como paracetamol (acetaminofeno) o ibuprofeno.

No:

  • reventar las ampollas ni rascarse las lesiones, ya que eso puede ralentizar la curación, extender la erupción a otras partes del cuerpo e infectar las lesiones; ni
  • afeitarse las zonas con lesiones hasta que se hayan caído las costras y regenerado la piel; de lo contrario, la erupción puede extenderse a otras partes del cuerpo.

Para evitar el contagio de otras personas, los pacientes deben aislarse en casa, o en el hospital si es necesario, mientras dure el periodo infeccioso (desde el inicio de los síntomas hasta que las lesiones hayan cicatrizado y se caigan las costras). Cubrir las lesiones y utilizar mascarillas en presencia de otras personas puede ayudar a evitar contagios. El uso de preservativos durante las relaciones sexuales ayuda a reducir el riesgo de contraer la viruela símica pero no evita el contagio por contacto piel con piel o boca con piel.

Después de 1970 hubo casos esporádicos de viruela símica en África Central y Oriental (clado I) y en África Occidental (clado II).

En 2003, hubo en Estados Unidos de América un brote relacionado con animales salvajes importados (clado II).

Desde 2005, cada año se notifican miles de casos sospechosos en la República Democrática del Congo.

En 2017, la viruela símica reapareció en Nigeria, donde se sigue propagando entre personas de todo el país y en viajeros.

En mayo de 2022 surgió de pronto un brote que se extendió rápidamente por Europa, las Américas, y luego por las seis regiones de la OMS, y en el que se han notificado alrededor de 87 000 casos y 112 muertes en 110 países.

Este brote mundial ha afectado principal, pero no exclusivamente, a hombres homosexuales, bisexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, y se ha propagado de persona a persona a través de redes de contactos sexuales.

En 2022, se produjeron brotes por virus del clado I en campos de refugiados de la República de Sudán. No se ha encontrado un origen zoonótico.

 

El ministro de Asuntos Sociales y Salud Pública de Suecia, Jakob Forssmed, informó este jueves el primer caso de la nueva cepa de la viruela del mono (mpox) en su país -y el primero también fuera de África- durante una conferencia de prensa brindada en la sede del Gobierno.

«Durante la tarde hemos tenido la confirmación de que tenemos un caso en Suecia del tipo más grave de mpox, el llamado Clado I«, dijo Forssmed desde la ciudad de Estocolmo, donde aseguró que «por supuesto es algo que tomamos en serio».

En Argentina se reportaron cinco casos, pero ninguno pertenece a la nueva variante. 

El Boletín Epidemiológico Nacional, emitido por el Ministerio de Salud, reportó hasta el momento 5 casos de viruela del mono en lo que va del año, pero ninguno corresponde a la nueva variante que se desató en la República Democrática del Congo.

De las 5 infecciones, 4 corresponden a hombres y tienen residencia en las provincias de Buenos Aires (1), Capital Federal (2), Santa Fe (1) Y Río Negro (1), al tiempo que 3 de los contagios presentan antecedentes de viaje o contacto con viajeros.

La OMS decidió declarar la emergencia luego de constatar que los brotes no son consecuencia de la circulación de una misma variante del virus, sino de más de una, según informaciones de la agencia de noticias Xinhua.

A lo largo de 2024 se han registrado más de 15.000 casos y 461 muertes por el contagio de este virus en 18 países diferentes del continente africano.

Según los expertos, la nueva variante Clado I -más peligrosa que la que circulaba en 2022- puede contagiarse fácilmente con un contacto estrecho entre dos individuos, sin que sea necesario un contacto sexual.

 

Fuente: Organización Mundial de la Salud (OMS)