Día Mundial Contra la Depresión.
Cada 13 de enero se conmemora el Día Mundial contra la Depresión, fecha que sirve para recordarnos la importancia de la salud mental en nuestro bienestar, el bienestar de nuestras familias y comunidades.
Pero también es un día para tener presente a la depresión en nuestras conversaciones, dotar al término de su real significado, interesarnos por las personas que están alrededor y por sus emociones.
Hoy es un día para ser más conscientes y empáticos con una enfermedad que podría afectar a cualquiera de nosotros en algún momento de nuestras vidas.
El término depresión se usa con mucha frecuencia de forma ligera e indistinta para definir un estado pasajero de tristeza o incomodidad causado por cosas banales e irrelevantes.
Usamos la palabra depresión en una oración sin mucha importancia y luego nos reímos. Pero el término realmente engloba y hace alusión a un padecimiento común que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo. Es decir, 4.4% de la población mundial. La depresión afecta a 5% de los adultos y 5.7% de la población adulta mayor de 60 años. Pero también afecta a niños, adolescentes y jóvenes, un grupo etario en el cual la incidencia de la depresión se ha incrementado de manera preocupante en los últimos años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aclara que la depresión es diferente a las fluctuaciones de ánimo usuales y a las cortas respuestas emocionales que se presentan en el día a día. La depresión se diferencia de los sentimientos de tristeza, miedo o estrés que cualquier persona puede experimentar ocasionalmente en su vida.
Los trastornos depresivos son altamente prevalentes en la sociedad y de allí que se les consideré como comunes.
La depresión repercute en el estado de ánimo y en las emociones de las personas. La intensidad de la depresión varía de leve a severa y puede producirse en lapsos de meses o años. La depresión es una enfermedad diagnosticable, tratable en cualquiera de sus estados. Pero aún es tabú a pesar de que actualmente cada vez más personas hablan de ella y discuten sobre este padecimiento para, precisamente, no dejar que nadie lo padezca en silencio y oscuridad.
De hecho, el Instituto de Investigación de la Felicidad enumera como uno de los aspectos del bienestar emocional en los individuos la apertura, la aceptación, la conversación honesta y desprejuiciada y el respaldo ante los problemas de salud mental.
Entre las barreras para la atención oportuna de la depresión se encuentran:
Falta de recursos.
Falta o poco entrenamiento de personal de salud en el tratamiento de la depresión.
Estigmas sociales asociados a los desórdenes mentales.
Los trastornos depresivos se caracterizan por un sentimiento de tristeza, pérdida de interés o de placer, desmotivación, desesperanza, sentimientos de culpa y baja autoestima, alteraciones de sueño, apetito, fatiga y falta de concentración.
La depresión es la principal causa mundial de discapacidad, alerta la OMS, y contribuye de manera importante a la carga mundial de morbilidad. Se habla de depresión cuando los síntomas mencionados tienen una duración prolongada o recurrente de manera que deteriora sustancialmente la capacidad de la persona para desempeñar su trabajo, rendir en los estudios o hacer frente a su vida cotidiana.
La depresión tiene una vinculación muy estrecha con el suicidio, ya que en su forma más severa puede conducir a la conclusión definitiva de la vida.
El riesgo de padecer depresión se incrementa por:
Desempleo.
Pobreza.
Pérdidas materiales y de seres queridos.
Aislamiento y soledad.
Dolencias físicas y enfermedades crónicas.
Adicciones y abuso de sustancias como alcohol y drogas.
Traumas.
La depresión es entonces una combinación de factores sociales, biológicos y psicológicos. Las personas que han pasado por eventos adversos son más propensas a tener depresión. Pero también hay acciones que pueden evitar la depresión, o al menos generar un ambiente de control de sus causas y efectos.
Dormir es fundamental para mantener una buena dosis de energía y rendir en tu día.
El buen dormir hará que veas las cosas de forma más clara. Evitar la depresión parece, en parte, ser producto de pequeños hábitos como mantener una higiene y horario de dormir y prepararse para ir a la cama con música, lectura, oraciones o lo que sea te ayude a conectar con tu ser interior y con la calma.
La salud mental y su promoción es importante. Tener en cuenta que una persona con una mente sana es más saludable, se encuentra más satisfecha, contribuye a la paz y la convivencia, crea comunidad, es más proactiva, productiva y más asertiva en la toma de decisiones.
Si te sentis en depresión, busca ayuda.
Rompé el ciclo y las estadísticas.
Recuerda mantener en tu radar estas actividades que contribuyen a tu bienestar.
Promueve, habla y actúa en función de la salud mental:
Asiste a un especialista y a terapia psicológica como una acción de autocuidado.
Haz ejercicio con regularidad.
Comé de manera saludable, regular y mantente hidratado.
Ten buenos hábitos de sueño.
Realiza una actividad que te relaje.
Fíjate metas realistas.
Practica la gratitud.
Enfócate en lo positivo.
Mantente conectado.
Evita la ingesta excesiva de alcohol.