La Corte Suprema Metió Presa y Proscribió a Cristina.
Una Corte Suprema con apenas tres miembros desprestigiados decidió meter presa y proscribir a Cristina Fernández de Kirchner, la dirigente política más importante del siglo, dos veces presidenta y una vice, principal figura de la oposición en la actualidad y precandidata en las elecciones de este año.
Con un fallo vergonzante que hace la vista gorda sobre las abundantes irregularidades en el proceso y fue celebrado por toda la plana mayor del gobierno nacional, los cortesanos sumaron a la Argentina al club de países donde se detienen opositores con causas amañadas, un selecto grupo del que forman parte Corea del Norte, El Salvador, Nicaragua y Venezuela.
El vergonzoso fallo contra la expresidenta debe servir, en cualquier caso, como un recordatorio para el próximo que tenga la responsabilidad de gobernar este país por y para las mayorías: ningún logro, ninguna conquista será posible si antes no se cambia un Poder Judicial que está corrupto hasta la médula y se le pone un límite estricto al poder económico que es el que lo corrompe.
La frase del ex Juez Enrique Petracchi (un peronista que fue nombrado por Raúl Alfonsin y se mantuvo 21 años en la Corte) resonaba hasta ayer en el cuarto piso del Palacio de Tribunales, donde atienden los ministros de la Corte Suprema:
“Lo primero que hay que hacer acá es traicionar al que te trajo”. Con la violación de ese principio, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz acaban de darle la alegría más grande de los últimos años a Mauricio Macri, el presidente que tuvo la idea inicial de nombrarlos por decreto.
Ricardo Lorenzetti sí puede sentirse orgulloso de haber traicionado a Néstor Kirchner, el presidente que lo designó. Pero el rafaelino sigue fiel a los intereses de la mafia judicial que orbita desde hace años alrededor suyo.
Enmarcada en la batalla selectiva de los guardianes de la república contra la corrupción, la condena contra Cristina es la consagración de una larga escalada de la familia de Comodoro Py contra la dirigente más importante de las últimas dos décadas, dos veces presidenta, vicepresidente y además titular del Partido Justicialista.
Impedirle ser candidata abre un escenario inédito en democracia, con una lógica que subordina la política a la persecución judicial.
Junto a él, festeja el viejo antikirchnerismo, un bloque de poder que viene de fracasar en el gobierno y lleva un año y medio a puro quejido por las formas con las que Javier Milei los desprecia.
Los que durante los años del macrismo desataron un revanchismo inédito en la Argentina, con la doctrina Irurzun en la mano y un festival de las prisiones preventivas, se olvidaron de gobernar bien y se tuvieron que ir sin reelección. Pero acaban de lograr la victoria que los obsesionaba y los delata: lograr que Cristina Fernandez de Kirchner vaya a la cárcel y quede al margen del juego democratico. Descorcha la secta de Lago Escondido, que se ampara en una ley ejecutada a medida de sus pretensiones.
En el fallo de 27 páginas, Rosatti, Lorenzetti y Rosenkrantz consideran a CFK la jefa de una asociación ilícita en la causa por la obra pública en la provincia de Santa Cruz que inició Javier Iguacel como ministro de Macri.
Así, tres jueces que libran entre ellos una enfrentamiento brutal desde hace 8 años se reconcilian y delatan hermanados: ejecutores de una sentencia que salda la guerra de poder y favorece a un bloque de componentes mafiosos, siempre en línea con las pretensiones del poder económico. Lo hacen en medio de una ajuste inédito sobre los ingresos de la población, cuando un gobierno de extrema derecha gobierna a través de una megadecreto que le permita dar vuelta como una media la Constitución que tanto defienden los supremos. Todo liderado por presidente que, en una verdadera venganza de clase, reedita las escenas de endeudamiento y represión sin obstáculos institucionales por parte del poder judicial.
La imparcialidad que la Corte esgrime es muy particular. Se trata de la misma Corte que hace apenas seis meses benefició a Macri cuando remitió la causa Correo al Tribunal Superior de Justicia de la ciudad, donde reinan los amigos del ex presidente, entre ellos Ines Weinberg de Roca, la frustrada candidata amarilla a la Procuración.
La Corte de tres miembros, una anomalía que la dirigencia política no pudo saldar ni antes ni después de Milei, exhibe la asimetría fenomenal que la separa de los inquilinos del poder que se creen dueños. El ex economista de Eduardo Eurnekian tal vez deba tenerlo presente en algún momento.
Las irregularidades que se convalidaron no son pocas. Entre tantas, haberle permitido a Lorenzetti que él mismo rechace la impugnación en su contra que le hizo la defensa de la ex presidenta.
A partir de ahora, Argentina queda emparentada con el Brasil que llevó a Lula Da Silva a la cárcel por orden de un juez que terminó como ministro de Bolsonaro. Es lo que demandaban desde la Cámara de Comercio de Estados Unidos y la Asociación Empresaria Argentina. No parece casual que el fallo de los supremos llegue apenas unas semanas después de la muerte del Papa Francisco, el dique de contención que incidía sobre el partido judicial.
Se abre un escenario de incertidumbre en el que van a chocar las fuerzas que pretenden apurar un nuevo reparto de poder -con un candidato del peronismo a medida del establishment- y el intento del cristinismo de preservar la centralidad de su jefa a partir de su carácter de proscripta. Un dilema para los sectores de la dirigencia y la militancia que se fueron alejando de Cristina por diferencias políticas y deberán encontrar una nueva forma de relacionarse con ella. Fuera del patio chico del viejo kirchnerismo, el peronismo no kirchnerista y la clase política tienen en teoría un debate que se saldó hace tiempo, cuando la mayoría de sus exponentes se volcaron como apéndices de las demandas de los dueños.
En medio de la fiesta de los guardianes de la república y el cinismo de los ganadores, resuena la historia de persecución que sufrió el peronismo a lo largo de su historia. Bajo el imperio de las formas y los criterios del antikirchnerismo penal, la Corte cruza un umbral y se define como nunca. Es aplaudida en los estudios de televisión de los grandes medios y rechazada en las plazas que todavía congregan al peronismo de Cristina. El triunvirato se aferra a “la profusa prueba producida” en las entrañas de Comodoro Py. Pero también queda emparentado con una historia que se remonta casi un siglo en el tiempo. Como recordaba ayer un experimentado hombre del PJ judicial que se alejó de la primera línea del fuego. Empieza con la acordada del 10 de septiembre de 1930, cuando la Corte Suprema declaró válido al golpe de Estado contra Hipolito Yrigoyen y abrió a un larguísimo período de inestabilidad y dictaduras.
Los cortesanos, que no abrieron ningún recurso, es decir que no se adentraron en el expediente, se preocuparon no obstante por disimular muchas de las inconsistencias del caso: defendieron los encuentros en secreto de camaristas de Casación con Mauricio Macri antes y después de emitir fallos contra dirigentes K.; que el acusador público del juicio, Diego Luciani, compartiera equipo de fútbol con uno de los jueces del proceso –Rodrigo Giménez Uriburu- y jugaran juntos en la quinta de Macri; los supremos también respaldaron que solo se peritaran 3 de las 51 obras viales en Santa Cruz que fueron objeto del proceso; y que se haya agregado prueba clave para el juicio en el alegato fiscal privando a la expresidenta a poder contrarrestar esa acusación durante el debate. A su vez, el máximo tribunal del país se encargó de «maquillar» que CFK fue juzgada dos veces por el mismo hecho -lo que está prohibido- ya que estas obras fueron analizadas en la justicia de Santa Cruz años antes del inicio de este proceso, donde se descartó cualquier tipo de ilicitud.
Tras el fallo adverso de la Corte Suprema que la manda a prisión por seis años, Cristina Kirchner habló con la militancia que había llegado a la sede del PJ. «La verdad es que esta Argentina que gobierna Milei no deja de sorprendernos, porque al cepo del salario le agregaron el cepo al voto popular».
«Este triunvirato de monigotes (por los jueces de la Corte) responde a mandos naturales muy por arriba de ellos: el poder economico concentrado de la Argentina», señaló sobre la sentencia en la causa Vialidad en la puerta de Matheu 130 ante una multitud.
Con relación a su condena, señaló que mientras «los Macri y los Caputos puedan caminar sin que nadie les diga nada, estar presa es un certificado de dignidad histórica».
Por eso, agregó que «cuando fui a declarar (en la causa vialidad) dije que la sentencia ya estaba escrita, y no me equivoqué».
«La historia argentina demuestra que a los dirigentes políticos que gobiernan para el pueblo, que logran la distribución del ingreso mas equitativa, no lo perdonan», y manifestó que «se equivocan los que creen que de esta manera (condenándome) van a seguir con procesos de expoliación».
También expresó que en el peronismo están “los únicos que podemos construir una alternativa cuando esto se desmorone”, en referencia al modelo económico de Milei.
“Esta tranquilidad de un dólar pisado y de miles de millones de dólares que siguen tomando prestados, y que algún día habrá que devolver, anuncian la crónica de una muerte final. Esto no tiene final feliz”, dijo al respecto.
También se refirió a Javier Milei. «Cuando este monigote de Presidente no le sirva más al poder económico, cuando se caiga, porque cuánto puede durar el endeudamiento serial, los salarios bajos, la destrucción de las capacidades argentinas, el desmantelamiento del Garrahan y de las universidad, cuando todo eso se caiga, el poder económico pretende que el campo popular no pueda organizarse».
Por lo cual, agregó que el fallo de la Corte «a nadie le debería llamar la atención». Y estimó que «como siempre, pondremos el cuerpo, porque los peronistas no nos profugamos; eso lo hace la derecha, nosotros no somos mafiosos».
Añadió en el cierre de su discurso: «A militar, a organizarse, a estar junto a la gente que los necesita. Hay que estar con los colectivos sociales. Es fundamental tener una dirigencia que esté con la gente y no con los problemas que tienen los dirigentes entre sí. Hay que ayudar a los que necesitan ser organizados y ayudados».
Tras el fallo contra la ex vicepresidenta Cristina Kirchner, la defensa de la ex mandataria presentó un pedido a la justicia en la que solicita que la condena se cumpla en prisión domiciliaria y sin tobillera electrónica. En tanto, la fiscalía insiste en su inmediata detención.
Según el escrito de 13 carillas que presentaron los abogados de la actual presidenta del Partido Justicialista, Carlos Beraldi y Ary Llernovoy, se solicitó al Tribunal Oral Federal 2 que disponga de manera directa el arresto domiciliario de la ex presidenta en San José 1111, donde vive actualmente con su hija Florencia, informaron fuentes judiciales
“En el caso de Cristina Fernández de Kirchner, el cumplimiento de una pena privativa de libertad sólo puede ser llevado a cabo bajo la modalidad de detención domiciliaria”, sostuvieron sus abogados.
Plantear la detención en una cárcel común ”de manera alguna es compatible con los recaudos de seguridad que deben serle garantizados a una persona que se encuentra en la situación de nuestra asistida”, agregaron los letrados.
El pedido de prisión domiciliaria de la defensa se alude a la edad de Cristina Kirchner, quien tiene 72 años, además de riesgos para su seguridad en base al atentado que sufrió en septiembre de 2022 y su condición de ex presidenta.
El juez de ese Tribunal Jorge Gorini dio cinco días hábiles de plazo a todos los condenados para ir en persona a Comodoro Py 2002 y entregarse para quedar detenidos mientras que requirió al Ministerio de Seguridad de la Nación que busque lugares adecuados para el alojamiento hasta que se decidan los planteos de las partes.
Por su lado, los fiscales ante el Tribunal Diego Luciani y Sergio Mola firmaron un pedido de “inmediata detención” de la ex vicepresidenta porque consideran excesivo el plazo que se le dio para presentarse, teniendo en cuenta que hay un fin de semana y un feriado nacional en el medio.
Fuente: El Destape/Página 12