Níspero

El níspero tiene su origen en el sudeste chino, desde donde inició su recorrido para naturalizarse en la India, la Cuenca mediterránea, Medio Oriente, América del sur y muchas otras regiones.

Es un hermoso árbol que acompañó, seguramente, muchas infancias. Forma parte de los frutales que solemos encontrar en zonas urbanas y del que probablemente se considere más en cuenta como ornamental que como frutal.

Si bien, en muchos países, es un frutal que se cultiva por su alto valor comercial, en la Argentina se está desarrollando su producción hace pocos años, con buenos resultados en la región del delta del Río de La Plata, Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe y algunas localidades del norte del país.

El árbol de nísperos da su fruta en primavera y en estos días la encontramos madurando en nuestra zona, y aunque muchos no la conozcan, es muy sabrosa y tiene muchos aportes nutricionales.

El fruto del níspero es redondeado de color anaranjado llamativo por su pulpa aromática, dulce y algo ácida. Contiene varias semillas marrones de gran tamaño.

Si bien parece un fruto bastante particular, botánicamente está relacionado con frutas muy conocidas como las del grupo de las peras, manzanas y membrillos.

• El níspero es una fruta baja en calorías, que aporta fibra y destaca por su contenido en vitamina A en forma de provitamina.

• También cuenta en su composición con minerales como el potasio, el fósforo, el calcio, magnesio, sodio, hierro, zinc, yodo y selenio.

• El níspero tiene un efecto reductor de los niveles de glucosa en sangre.

• Es una fruta con acción antioxidante y por lo tanto retrasa el envejecimiento de nuestras células y tejidos y combate el daño que ocasionan los radicales libres.

Se suele consumir en fresco, con su piel y retirando las semillas, aunque se puede utilizar de muchas maneras: para hacer mermeladas, en tortas, licuados o jugos. Si nos animamos a probar, podemos encontrar recetas con nísperos en salsas, cocidos al horno o en ensaladas.