5 Años del Papa Francisco.
Desde aquel 13 de marzo de 2013 cuando se anunció al mundo que Jorge Bergoglio, Obispo argentino de Buenos Aires, había sido elegido como el nuevo representante de Cristo en la tierra ha pasado mucha agua bajos los puentes y Francisco ha marcado una nueva linea de oración y conducta para el pueblo católico.
El Papa comenzó a construir su condición de líder universal, más allá de las propias fronteras de la Iglesia Católica donde hasta hoy muchos sectores lo resisten.
Puede decirse que Bergoglio es líder en un mundo con liderazgos en crisis. Pero también es cierto que para construirse en ese lugar el Papa eligió la actitud del diálogo y del encuentro con los diferentes, desde la realidad de los pobres y reclamando por sus derechos.
En Cochabamba (Bolivia) proclama de “las tres T” (tierra, techo, trabajo) constituyendo una suerte de síntesis doctrinal que, en otro tono y con distinto despliegue, Francisco expresó de manera sistemática y con base teológica en Laudato Sí.
Una gran suma que, a contracorriente de las fuerzas triunfantes del capitalismo mundial, se alza en favor de los pobres y sus organizaciones, critica a los poderes hegemónicos y lanza un llamado a la paz.
Una militancia pacifista que Bergoglio apoya con sus acciones y las del Vaticano en cada lugar de conflicto que se presente en un rincón de la tierra.
Francisco transformó a Bergoglio, acentuó los rasgos más latinoamericanistas y radicalizó su perspectiva en favor de los pobres, de los excluidos y de sus derechos disgustando al poder que hoy se dice decepcionado o directamente escandalizado con el Papa.