El Año Nuevo de los Pueblos Originarios
La llegada del Solsticio del Invierno del 21 al 24 de Junio de cada año, logra que los pueblos originarios de Argentina y de Chile , celebren la llegada de un nuevo año, donde el sol es el gran protagonista.
La celebración más importante de los pueblos originarios del hemisferio Sur es el “We Xipantu” o “Nquillatún”, un término mapuche que significa “año nuevo” o “salida del nuevo sol”.
Esta fiesta coincide con el Inty Raimy (de la tradición inca), evento que también indica al sol como fuente de renovación y sabiduría. Durante la ceremonia, se le agradece y se elevan ruegos.
La astrología y la astronomía fueron disciplinas importantes para desarrollar y promover el conocimiento en el pueblo mapuche y en todos los pueblos originarios del continente.
A través del análisis y el estudio sistemático, los pobladores lograron interpretar los movimientos del sol y de los astros. También comprendieron los cambios que se producen en las personas y en la naturaleza en general a partir de tales movimientos.
De esta manera, pudieron determinar exactamente el inicio y el término de cada año. La naturaleza y la tierra tienen una lógica de evolución y su comprensión permite determinar el comienzo y el cierre de cada etapa.
En nuestro hemisferio, el invierno llega cada 21 de junio y su arribo coincide con el solsticio de invierno. En este punto, se produce un alejamiento de la tierra respecto del sol. Esa fecha marca el día más corto y la noche más larga del año.
Puntualmente, para el pueblo mapuche, en este momento se termina el período de cosecha y comienza una nueva época de siembra.
Este pueblo tiene una concepción cíclica del tiempo: el sol nace cuando llega el invierno; en primavera se convierte en adulto; durante el verano envejece y muere en otoño. Es un proceso de cambio y evolución que comparte la naturaleza en general.
El 23 de junio, por la noche, comienza la ceremonia. Todas las familias se reúnen frente a un gran fogón para escuchar los relatos de los miembros más viejos del grupo y no faltan los platos típicos para degustar, especialmente preparados para el acontecimiento.
Durante las primeras horas del día 24, todos (niños, jóvenes y ancianos) se arriman al arroyo o río más cercano para bañarse y realizar un ritual de purificación. El objetivo del rito es estar limpios de cuerpo y espíritu antes de recibir el nuevo sol y, por ende, también al año nuevo.
Luego del baño, se realizan rezos individuales y grupales para dar inicio formal a la celebración. Al regresar a sus hogares, las familias van tocando instrumentos típicos y bailando para festejar el comienzo del año.
Hay muchas actividades que se realizan cada 24 de junio, depende de la comunidad. Puede incluir bautismos, juegos populares, ceremonias e incluso las niñas mayores de 6 años pueden hacerse orificios en las orejas para usar aros, símbolo de abandono de la niñez.
Durante los últimos años, las fiestas se han abierto a turistas extranjeros, chilenos y argentinos en general.
Los indígenas que habitan algunas zonas de Bolivia celebran el «Willkakuti» también conocido como «retorno del sol» o «Año Nuevo Andino», la celebración se caracteriza por los rituales ancestrales que realizan los sacerdotes indígenas en la madrugada del 21.
El Año Nuevo Andino será recibido en 202 espacios sagrados este miércoles y por primera vez el presidente boliviano Evo Morales recibirá el nuevo año 5525 en la localidad de Orinoca, municipio de Andamarca del departamento de Oruro, lugar del que es oriundo.
La «apthapi» o merienda indígena comunitaria en la que la comunidad de Oruro comparte los alimentos suele ser visitadas por centenares de personas.
Los indígenas aguardan en Tiahuanaco con ofrendas y fogates en altares dedicados al Willkakuti, celebración que en 2009 fue bautizada por el presidente Evo Morales como «Año Nuevo Andino Amazónico».