En «Comunas, un desafío» conversamos con Alejandro Otero
Alejandro Otero es un experto en temas fiscales y económicos, ex Director de rentas de la ciudad de Buenos Aires y referente del Frente Grande la Capital Federal.
Conversamos con Alejandro acerca de la reciente revelación de las 4040 cuentas de argentinos en el exterior, le preguntamos cómo ve esta situación?
«Me parece algo muy importante estas investigaciones llevan mucho tiempo, es muy lento el procedimiento para poder establecer y fundar una denuncia como la que está presentando la AFIP en estos días. Discutir si se tendría que haber hecho antes es desconocer la lentitud los procesos que esto conlleva. Lo que me parece relevante de esto es que se inscribe en otras medidas que el Gobierno Nacional viene tomando contra uno de los que ha sido los grandes problemas que ha enfrentado la Argentina en estos últimos tiempos, que en un contexto de economía que crece florecientemente se nota menos pero que constituye un problema en cualquier caso que es la fuga de divisas. Este es un problema grave y severo para una economía como la de Argentina que necesita de la disponibilidad de divisas para realizar un proceso de sustitución de importaciones, proceso de industrialización, un proceso de divversificación de su estructura productiva que dé inclusión a 40 millones de aregntinos.
Una denuncia como esta y como la de hace un tiempo que tenía que ver con maniobras de sobre y subfacturación de empresas vienen muy bien a modo ejemplificador, es decir, a modo de decirle a la sociedad sobre todo a un sector minoritario pero muy poderoso que ha practicado estas acciones que el Gobierno tiene la capacidad de controlar y actuar sobre esto y llevarlo adelante hasta las últimas consecuencias. En este sentido me parece muy importante este anuncio que tiene que ver con personas que tienen cuentas en Suiza con saldos importantes lo cual evidencia una alta capacidad contributiva y habrá que ver si pueden o no justificar esas cuentas ante la justicia.»
Todo esto se viene dando dentro de un marco político donde el Gobierno viene trabajando sobre aspectos económicos fundamentales y la oposición política y corporativa no sabe qué rumbo tomar y solo parecen querer golpear al Gobierno.
«Si, es una situación parecida a cuando se produjo el cambio en la directiva del Banco Central y evidentemente el mayor nivel de coherencia en el equipo económico va en favor de los resultados, donde se tiene una conducción más homogénea , donde las personas que tienen un lugar más relevante forman parte de un mismo ideario, sin dudas favorece la coordinación de medidas y la eficacia en los resultados. En este sentido, las políticas implementadas tanto en materia de estabilidad en el tipo cambiario y en materia de frenar y tornar el alza de precios que son los problemas centrales que tiene hoy la Argentina, es decir, el problema de la inflación y el problema de la falta de divisas suficientes para alimentar el proceso de crecimiento, vienen siendo mejor controlados por la política económica actual.
En este sentido me parece que hay un logro importante y esto sumado a otros datos como la imagen favorable de Cristina y la posibilidad de presentar un programa claro hacia el futuro por parte del Gobierno hace que la oposición desnude sus limitaciones. La verdad es que no se les cae una idea, no tienen un discurso lógico, dicen lo mismo en las buenas y en las malas, o son completamente contradictorios, y a la hora de enunciar una propuesta coherente, consistente y lógica no la tienen.»
En este marco de un Estado presente que asegura las cuestiones financieras, que trata de equilibrar la puja distributiva, cómo ves que sea la concepción del Estado por parte de la oposición tan relacionada con los poderes corporativos?
«En Argentina se está dando una puja entre la democracia y las corporaciones, pero además esta discusión excede a nuestro país, es un debate central en el epicentro de la crisis fenomenal que está atravesando al capitalismo en todo el mundo. Frente al agotamiento de las estructuras neoliberales que buscan perpetuarse y sostener una sociedad que es hegemonizada y conducida por los mercados; y otros sectores que felizmente en nuestra región es mayoritario que buscan que el destino de los pueblos sea en mayor democracia y en favor de los intereses de las mayorías populares y no de una minoría que dice llamarse el mercado.
Esta puja que vemos en Argentina marca el nudo de la crisis en las economías del mundo y ponerla en evidencia permite una mayor toma de conciencia para ver a qué juegan los poderes concentrados que es sólo a su favor, más allá del encubrimiento mediático que logren tener.»
¿Cómo ves el tema tan candente y que actualmente ocupa un lugar importante en el debate social que es el tema del impuesto a las ganacias?
«Como primer punto hay que saber que el llamado impuesto a las ganancias es algo que existe en todo el mundo. En segundo lugar hay que ver qué porcentaje de los asalariados deben estar alcanzados por este impuesto. En un país como la Argentina es razonable dada la asimetría en la distribución del ingreso hacia el interior de los propios trabajadores, hasta un 15% o 20%. La posturas de aquéllos que dicen que no se deben gravar los salarios o que hay que sacar impuestos son directamente irresponsables o están mal informados, ya que actualmente el gravamen alcanza a una porción no mayor del 20% de los trabajadores. Dicho esto corresponde también decir que sí nos debemos desde el proyecto nacional y popular una reforma del esquema tributario que permita recuperar la progresividad y la posibilidad de capturar grandes manifestaciones de capacidad contributiva y a la vez lograr una distribución más igualitaria. Es decir, cobrar impuestos más altos a los que más tienen; por ejemplo hoy un trabajador que gana un salario relativamente alto de $35mil es alcanzado por la misma alicuota del 35% que aquel que cobra $125mil o más. Es ahí donde el gravamen pierde progresividad y resulta injusto.
Yo creo que la presión tributaria en Argentina es una de las granes conquistas y que hoy ronda en 31% del PBI , es razonable para un país como el nuestro, es irresponsable salir a decir que hay que sacar ciertos impuestos o que hay que bajar otros.»