Casas vacías en una Buenos Aires en crisis habitacional

Bajo el presupuesto de que existen 120.000 viviendas ociosas y que más de 16.000 personas viven en la calle, realizan un mapeo de casas tapiadas como paso previo a promover un proyecto de ley que incentive su utilización con un fin social.

El colectivo “Destapiadas” trabaja en pro de la “revitalización social de viviendas” desocupadas en la Ciudad de Buenos Aires, como una vía para la disminución de la población de calle.

Como una primera etapa de su trabajo, se ha propuesto visibilizar el problema de los inmuebles desaprovechados a través de un relevamiento fotográfico y un mapeo barrio por barrio, que dé cuenta de cuáles son y dónde están las casas vacías de puertas y ventanas selladas.

“El proyecto lo iniciaron dos compañeros nuestros  en 2011 a partir del caso particular de una familia con cinco hijos que estaba por ser desalojada en el mismo edificio donde vivían ellos. A partir de esto tomaron conciencia del aumento brutal de la gente en situación de calle y se propusieron hacer algo”, explica Pablo Ferreyra de Destapiadas.

El colectivo está concluyendo el relevamiento fotográfico y el mapeo de un primer barrio: La Boca; lo que ha servido de excusa para su presentación en sociedad a través de una muestra fotográfica en el marco del “Primer Seminario Internacional Ciudades en Disputa”, que se desarrollará desde hoy y hasta el jueves en el Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543).

“A medida que vamos haciendo los relevamientos, se nos hace más fuerte el contraste entre la cantidad de gente en situación de calle y las casas deshabitadas que podrían estar habitadas. Es duro pero siempre el derecho de la propiedad privada parece estar por encima del derecho a la vivienda, a una vida digna”, sostuvo Agostina Hernández Bologna, del mismo colectivo.

Y si bien Destapiadas no tiene aún un proyecto de ley al respecto, la asociación ha elaborado lineamientos que puedan servir como base para la presentación de una iniciativa formal.

Si esta propuesta prospera, en el futuro, las personas que mantengan en desuso un inmueble por más de seis meses serán incentivadas, mediante beneficios impositivos o crediticios, a acondicionarlas y ponerlas en alquiler, pudiendo ser multadas si insisten en no hacerlo.

Transcurridos otros tres meses, la vivienda sería pasible de una expropiación temporal en beneficio de personas en situación de calle, quienes tendrían así una vivienda por el lapso de tres años, durante los cuales tendría que hacerse cargo del pago de impuestos.

“El propietario no perdería la propiedad de su vivienda, sería una cesión temporal. Sólo con el 2 o 3% del parque de viviendas deshabitadas de Buenos Aires, solucionás el problema de las personas sin techo”, comentó Ferreyra.

Por su parte, Hernández Bologna aclaró que las medidas sancionatorias recaerían solamente en aquellas personas que mantienen ociosa su vivienda por razones de especulación inmobiliaria.

“Yo creo que se puede diferenciar claramente la vivienda de una persona de clase media que hereda una casa de la madre o la usa de depósito de alguien que tiene 50 viviendas y está esperando que aumente el precio para venderlas. Tenemos que empezar a darnos cuenta que no puede estar desocupada 20 años una casa, sobre todo en un contexto de emergencia habitacional”, dijo.

Ferreyra destacó “el rol protagónico” que el proyecto reserva al Estado como una de las fortalezas de la iniciativa, que ya no se limitaría “a políticas crediticias de vivienda o de subsidios para el alojamiento en hoteles transitorios”. A modo de apoyo, es el éxito que modelos similares han obtenido en Cataluña (España), Francia, Inglaterra y Gales (Reino Unido).

De gran actividad en la web y las redes sociales, Destapiadas convoca a todos los internautas a sumarse al proyecto enviando fotografías de casas tapiadas, firmando una adhesión a la iniciativa o bajando una plantilla con la leyenda recortada “Destapiadas.org” para dejar plasmado con aerosol este grafiti en las casas que son objeto de su activismo.

“Capaz vas caminando por tu barrio, capaz tenés una tapiada y recién ahora te fijás porque te enteraste de esta campaña por las redes sociales; y resulta que tenés también una persona viviendo en la calle. Las redes sociales nos hacen prestar atención a estas cosas que empiezan a generarnos más ruido”, dijo Hernández Bologna.

“El ladrillo dejó de ser una metáfora de vivienda para ser un obstáculo, como tapia, para acceder ella. Y el arte comienza a colarse en el muro, porque la tapiada tiene dibujos, grafitis. En La Boca hay una imagen de una madre llevando a su hijo y el hijo preguntando por qué hay gente sin casa y casa sin gente”, dijo.

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