Día de la Esclerosis Múltiple.
Cada 30 de mayo se celebra el Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, el cual fue decretado en el año 2009 por la Federación Internacional con sede en Londres, no como celebración sino como concientización de la Esclerosis Múltiple. Con el objetivo de a hacer visible la enfermedad al proporcionar a las personas con EM y sus familias una adecuada atención y mejorar su calidad de vida. Además, la campaña busca apoyar y conectar los 2,3 millones de personas que viven con ella en todo el mundo.
La Esclerosis Múltiple es una enfermedad que afecta al Sistema Nervioso Central (cerebro y médula espinal).
La enfermedad produce inflamación y daño de la mielina. Las propias defensas del organismo atacan a la mielina (tejido que protege la fibra nerviosa del cerebro). Cuando la mielina ha sido dañada puede quedar una cicatriz (esclerosis).
En la Argentina la EM es la segunda discapacidad neurológica en adultos, jóvenes, despúes de los accidentes de tránsito. Por lo que su diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado permiten retrasar la progresión de la enfermedad, ofreciéndole a los pacientes una mejor calidad de vida.
La EM afecta mayormente a jóvenes entre 18 y 35 años. Siendo 3 veces más frecuente en mujeres. Es la causa más frecuente de discapacidad en la población adulta joven. Es rara en los niños y en adultos por encima de los 65 años. Hoy en día más de 2.300.000 personas en todo el mundo tienen EM.
Aunque la EM en los niños es poco frecuente, un número creciente de niños de todo el mundo están siendo diagnosticados. Los neurólogos han descubierto que la EM en los niños tiene características diferentes y hasta la fecha, no hay terapias seguras que hayan sido probadas o que sean efectivas para el tratamiento.
Se desconoce la causa exacta, se piensa que es un problema multifactorial. Es una enfermedad autoinmune, en la que el propio organismo genera sustancias que atacan la mielina. Los investigadores no saben lo que desencadena el sistema inmune para atacar la mielina, pero se piensa que es una combinación de factores genéticos y ambientales.
No se piensa que es una enfermedad hereditaria. Sin embargo, el riesgo de contraer la EM es mayor en los familiares de una persona con la enfermedad que en la población general, especialmente en el caso de hermanos, padres e hijos. Sin embargo, sólo hay alrededor de un dos por ciento (2%) de probabilidades de que un niño desarrolle EM cuando se ve afectado uno de los padres. Es importante tener en cuenta que los gemelos idénticos, que tienen el mismo material genético, no siempre ambos tienen EM. Hay alrededor de un 20-30% de probabilidad de desarrollar EM si su gemelo idéntico se ve afectado. Es por esto que los investigadores están de acuerdo en que la EM no es simplemente una enfermedad genética.
Varios factores ambientales – infecciosas y no infecciosas – se han propuesto como factores de riesgo para la EM. La EM es más común en personas que viven más lejos del ecuador. La razón de esto no está claro, pero la reducción de la exposición al sol se ha relacionado con un mayor riesgo de EM y hay una creciente evidencia de que la falta de vitamina D está vinculada al aumento de la prevalencia en esclerosis múltiple. Se han propuesto muchos microbios (virus) como posibles desencadenantes para la EM, pero ninguna ha sido probada. La edad de exposición a la infección parece jugar un papel importante, y se ha demostrado que moverse a una edad temprana de un lugar a otro en el mundo altera el riesgo subsiguiente de EM. Fumar es otro factor ambiental que parece estar fuertemente asociado con la EM.
Los tipos de Esclerosis Múltiple son:
• EM Remitente-Recurrente / Brotes y Remisiones (EMRR / EMBR)
• EM Progresiva Primaria (EMPP)
• EM Progresiva Secundaria (EMSP)
• Síndrome Desmielinizante Aislado (SDA)
La EM es diagnosticada por un Médico Neurólogo especialista en EM.
La EM no es siempre fácil de diagnosticar ya que los síntomas aparecen o desparecen, o son síntomas invisibles o subjetivos difíciles de comunicar a los médicos. Hay una serie de pruebas que pueden utilizarse para averiguar si alguien tiene esclerosis múltiple o no, pero no existe una prueba única para diagnosticar la EM.
Las pruebas incluyen:
-Resonancia Magnética (IRM), de mayor avance y permite evidenciar las lesiones desmielinizantes.
-Análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR), para detectar anomalías que se producen en la EM.
-Potenciales evocados visuales (PE), mide el tiempo que tarda el cerebro para recibir mensajes desde los ojos.
Todas estas pruebas sumadas a la historia clínica y la exploración neurológica.