Día Mundial de la Siesta
Cada 11 de marzo se celebra el Día Mundial de la Siesta.
Cuando dormimos, el cuerpo recupera la energía utilizada durante nuestra vida cotidiana.
Sin embargo, muchas veces es recomendable hacer una pequeña pausa durante el día para practicar este hábito ancestral, que mejorará nuestro rendimiento físico y mental en lo que queda del día.
La siesta tiene una enorme cantidad de beneficios para la salud y, sobre todo, ayuda a potenciar el cerebro.
Según estudio recientes de la Universidad Nacional de Singapur, sus efectos positivos suelen verse a corto plazo.
Sin embargo, hay que procurar no excederse con las horas de descanso porque podría afectar el sueño nocturno.
En este aspecto, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) indican que el sueño se vuelve más profundo cuanto más tiempo se duerme, lo que puede generar la temida inercia del sueño: una sensación de aturdimiento y somnolencia al despertar, por lo que las recomendaciones generales son:
- Siesta corta (15-30 minutos): aumenta la alerta y mejora el estado de ánimo sin afectar el sueño nocturno.
- Siesta larga (90 minutos): permite completar un ciclo de sueño, incluyendo la fase REM, lo que puede ser beneficioso para la consolidación de la memoria.
- Siesta intermedia (40-60 minutos): puede inducir un sueño profundo y provocar aturdimiento al despertar.
Estudios como el realizado por la NASA y la Junta de Seguridad en el Transporte de EEUU concluyeron que una siesta de 26 minutos mejora el rendimiento en un 34% y el estado de alerta en un 54%.
Entre múltiples beneficios que destaca la investigación de la Universidad Nacional de Singapur, se encuentran:
- Mejora la memoria
- Optimiza el procesamiento de la información
- Agudeza mental
- Maximiza la concentración.
- Mejora el humor
- Desarrolla creatividad
- Reduce el estrés
- Ayuda a la resolución de problemas
- Previene enfermedades
En lo que respecta al descanso nocturno para garantizar el bienestar y dejar de lado en insomnio, que cada vez es más común entre las personas, la Universidad de Harvard lanzó una serie de recomendaciones:
- Determinar un horario de dormir estable cada noche para que el cuerpo se acostumbre a la rutina de sueño.
- Hacer ejercicio durante el día para descargar la energía necesaria.
- Evitar comidas demasiado abundantes antes de dormir y mejorar el proceso de digestión.
- No consumir cafeína 6 horas antes de dormir.
- Intentar crear un ambiente tranquilo una hora antes de descansar por la noche.
La siesta no solo depende de su duración, sino también del momento del día en que se toma.
Los expertos recomiendan que se haga ocho o más horas antes de la hora de dormir, es decir, entre las 13 y las 15, para evitar interferencias con el descanso nocturno.