Día Mundial de las Cardiopatías Congénitas.
Cada 14 de febrero se celebra el Día Mundial de las Cardiopatías Congénitas, con el fin de prevenir esta enfermedad de forma temprana y, para que quienes la padecen, se sometan a un tratamiento adecuado que les permita gozar de una buena calidad de vida.
Uno de los principales objetivos en este día es el de informar a la población acerca de los avances en el diagnóstico, tratamiento y pronóstico en este grupo de patologías. La difusión y el conocimiento de esta problemática favorecen la detección precoz (en la etapa prenatal y neonatal) y el acceso a un tratamiento oportuno, que son las principales medidas para disminuir la mortalidad y mejorar el pronóstico de vida en este grupo de pacientes.
Son un padecimiento donde el corazón sufre un desarrollo anormal que, generalmente, ocurre antes del nacimiento. Muchos bebés nacen con esta condición por lo que, en algunos casos, es necesario someterlos a una cirugía a muy temprana edad y mantenerlos bajo tratamiento médico.
La más habitual de las cardiopatías congénitas es la comunicación interauricular (CIA), pero también se pueden presentar alteraciones en la comunicación interventricular, transposición de vasos sanguíneos y anomalía del retorno venoso. La mayoría de estas alteraciones se corrigen mediante cirugía en los primeros meses de vida.
En la mayoría de los casos, los médicos no saben por qué el corazón de algunos bebés se desarrolla de manera anormal. Estas enfermedades suelen tener una prestación familiar, suelen ser hereditarias. Tienen su origen durante las primeras semanas del embarazo (40 o 50 días de gestación), cuando se está formando el corazón.
También podrían deberse a factores a factores medioambientales. Por ejemplo, las mujeres que contraen rubéola durante los tres primeros meses de embarazo tienen un riesgo elevado de dar a luz un bebé con un defecto cardíaco. Otras infecciones virales, como la gripe, también pueden contribuir, al igual que la exposición a ciertos productos químicos industriales (disolventes).
Algunos estudios también sugieren que beber alcohol o consumir cocaína durante el embarazo puede aumentar el riesgo de defectos cardíacos en los bebés.
En otros casos, ciertas enfermedades crónicas de la madre, como la diabetes, también pueden contribuir. No obstante, las mujeres diabéticas pueden reducir el riesgo asegurándose de controlar los niveles de azúcar en su sangre desde antes de la concepción.
Si se sospecha que los bebés o niños tienen un defecto cardíaco, generalmente se los deriva a un cardiólogo pediátrico. Este les realizará un examen físico y recomendará que se realicen una o más de las siguientes pruebas:
- Ecografía cardíaca
- Radiografía de tórax
- Electrocardiograma, una prueba que registra los patrones del ritmo cardíaco
- Ecocardiograma, una forma especial de ultrasonido que utiliza ondas sonoras para tomar imágenes del corazón
Todas estas pruebas son indoloras y no invasivas (es decir, no se introduce nada en el cuerpo del niño). Algunos niños que padecen enfermedades cardíacas también deben someterse a un procedimiento denominado cateterismo cardíaco. Durante este procedimiento, se introduce un tubo delgado y flexible en el corazón del niño después de anestesiarlo. Esta prueba brinda información detallada acerca del corazón y su funcionamiento.
En la actualidad, la cirugía y el cateterismo cardíaco se están realizando en niños muy pequeños. De hecho, es habitual realizar estos procedimientos durante la lactancia e incluso durante el período neonatal.
La mayoría de los defectos cardíacos congénitos no puede prevenirse. Sin embargo, existe una serie de medidas que toda mujer puede tomar antes y durante el embarazo para ayudar a reducir el riesgo de tener un bebé con un defecto cardíaco. Estas medidas son:
- Tomar un complejo multivitamínico que contenga 400 microgramos de ácido fólico todos los días desde antes de quedar embarazada. Esto ayuda a prevenir los defectos congénitos serios en el cerebro y la médula espinal y, además, puede ayudar a prevenir los defectos cardíacos.
- Consultar al médico antes de quedar embarazada. En esta visita, debe realizarse a la mujer un análisis para determinar si es inmune a la rubéola y vacunarla si no lo es.
- Las mujeres con enfermedades crónicas, como diabetes, deben asesorarse sobre cómo ajustar su medicación y/o modificar sus dietas para mantener bajo control estas enfermedades antes y durante el embarazo.
- La embarazada deberá informar a su médico acerca de todos los medicamentos que esté tomando, incluso los de venta libre.
- En lo posible se debe evitar el contacto con personas con gripe u otras enfermedades donde el paciente presente fiebre.
- También evitar la exposición a disolventes orgánicos, usados en productos como pinturas, esmaltes y agentes desengrasantes y de limpieza.
Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, en la Argentina la cardiopatía congénita es la anomalía más común y la primera causa de muerte de niños en el primer año de vida.
Se estima que uno de cada cien recién nacidos presenta alguna cardiopatía congénita y que nacen al año unos 7 mil niños con esta patología.
Alrededor del 50% de estos niños requieren cirugía en el primer año de vida y dos terceras partes de los casos son solucionables con un diagnóstico oportuno y tratamiento médico adecuado.