Dura Carta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva.
El 28 de agosto, el reporte oficial del Gobierno porteño informó que la ocupación de las 450 camas «graves» públicas alcanzaba el 60,6 por ciento, mientras que el último reporte, del 31 de agosto, registró un aumento para llegar al 62 por ciento.
La ocupación de camas del sector privado no son informadas en el reporte oficial. «Lo nuestro es solamente un muestreo pero refleja lo que ocurre en las instituciones de primer nivel tanto públicas como privadas«, explicó Dubin quien detalló que en los números oficiales «hay un problema con la denominación de las camas ¿A qué se considera UTI? ¿Una cama de guardia, de unidad coronaria o una sala de shockroom?».
La Asamblea de Residentes y Concurrentes de CABA viene denunciando hace meses que en las cifras oficiales se registran como «graves» camas adaptadas con respiradores pero que no cuentan con las condiciones necesarias ni el personal requerido para la complejidad de la pandemia.
Según el último relevamiento de la Asamblea, realizado en julio, cuando el Gobierno ya informaba 450 lugares en el sector público, las camas que contaban con el personal necesario eran 274. «El colapso deviene de la situación del personal de la salud, el número de intensivistas es extremadamente limitado. Estamos con una sobrecarga enorme de trabajo, exhaustos anímica y físicamente. Además cuando nos contagiamos no hay reemplazo«, advirtió Arnaldo Dubin, miembro de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI).