Endometriosis.

Publicado: 19 may 2022
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La endometriosis es una enfermedad benigna que consiste en la presencia de endometrio fuera de la cavidad uterina. Aunque su prevalencia no es exacta, se estima que una de cada diez mujeres en edad reproductiva lo padece. Es un trastorno crónico, aunque puede pasar desapercibido si los lugares de implantación y la cantidad de tejido endometrial es de pequeña cuantía, por lo que su diagnóstico puede llegar a retrasarse entre 7 y 8 años.
La endometriosis es una causa importante de infertilidad, por lo que hasta el 40% de las mujeres con endometriosis no podrá conseguir un embarazo.
Dado que este endometrio fuera de su lugar habitual sigue manteniendo su actividad hormonal, existe sangrado y se desprende dicho tejido en los períodos menstruales, derivando en síntomas molestos para la mujer.
Por este mismo motivo, la gestación y la menopausia son períodos donde esta situación deja de provocar síntomas.

Para entender lo que significa la endometriosis hay que saber que el útero está formado por tres capas:

  • Perimetrio: es la capa más externa; se trata de una capa fina, serosa.
  • Miometrio: es la capa intermedia, constituida por fibras musculares.
  • Endometrio: es la capa más interna. Se trata de una capa mucosa con glándulas, que varía según los cambios hormonales, y está constituida a su vez por dos capas: la capa basal y la capa funcional, que es la que se descama en cada menstruación para volver a regenerarse en cada ciclo menstrual.

La localización más frecuente de la endometriosis es el ovario. Se forman a menudo quistes, que se llenan de sangre y adquieren un color oscuro que se parece al chocolate, de tal forma que se denominan quistes de chocolate.

Otras lesiones que podemos encontrar a parte de los quistes son los nódulos (de color azulado y sin líquido en su interior) y las adherencias (de color rojo oscuro o blanquecinas, que dan lugar a fibrosis ocasionando dolor).

Aparte del ovario, otras localizaciones frecuentes de la endometriosis son: los ligamentos que rodean el útero, el peritoneo (que es una capa fina que rodea el abdomen por su interior), la vagina o el recto, entre otras.

En el 20-30% de los casos la endometriosis es asintomática, es decir, las mujeres que la tienen no presentan ningún tipo de síntoma. El resto pueden presentar alguno de los siguientes síntomas de endometriosis:

Dolor

Es el síntoma más frecuente y más característico. Suele ser un dolor que se localiza en la parte baja del abdomen. Se suele presentar como dismenorrea (dolor durante la regla), pero también puede producirse dispareunia (dolor en las relaciones sexuales), que se debe a la afectación de los ligamentos del útero y a la afectación de la vagina y el recto. Es una causa muy frecuente de dolor pélvico crónico con una afectación considerable en la calidad de vida de la mujer.

Alteraciones menstruales

Ciclos cortos con sangrado abundante y, a veces, con hemorragias intermenstruales.

Infertilidad

La esterilidad y la infertilidad están muy relacionadas con la endometriosis, de forma que se estima que entre el 25-50% de las mujeres infértiles sufren endometriosis. El mecanismo por el que se produce es muy variado: por las adherencias y fibrosis ocasionadas por las lesiones de la endometriosis, por alteraciones inmunitarias, y por la secreción de sustancias por el endometrio ectópico que impiden una correcta fecundación.

Otros signos de endometriosis

La endometriosis que afecta al tubo digestivo o al aparato urinario y otras localizaciones extrapélvicas produce síntomas característicos de su localización. La afectación de la vejiga causará aumento de la frecuencia urinaria y, si existe infiltración de la mucosa, puede haber hematuria (sangre en la orina). Los síntomas que indican afectación digestiva incluyen la diarrea, el sangrado, el estreñimiento, y el dolor con la defecación. Todos estos síntomas empeoran durante la menstruación.
Cuando se producen síntomas extragenitales relacionados con los ciclos menstruales origina que en muchos casos se derive a la mujer a especialistas de otras ramas de la medicina si no se conoce previamente que la causa es la endometriosis (por ejemplo, si hay sangrado con las heces  se deriva al especialista en aparato digestivo).

Por otro lado, los síntomas pueden no haber dado la cara de manera evidente y ser un hallazgo en operaciones por otros motivos (laparoscopia para operar una apendicitis).

La endometriosis se puede sospechar a raíz de la clínica antes descripta. Todo ello se detectará fundamentalmente mediante una exploración física: con la palpación bimanual (técnica en la que se exploran el útero y los ovarios con una mano en la tripa y la otra en la vagina) se puede demostrar dolor, la presencia de una masa a nivel del ovario, rugosidad de los ligamentos del sacro, fijación uterina, etcétera.

Pruebas complementarias

  • La ecografía sirve sobre todo para ver en los ovarios la formación quística.
  • La resonancia magnética nuclear se empleará en los casos de endometriosis profunda y con afectación del recto.
  • Laparoscopia: es la prueba que dará el diagnóstico definitivo de endometriosis. Esta técnica permite ver el interior del abdomen a través de un par de orificios, observar las lesiones directamente, y coger muestras para analizarlas con el microscopio. Además, a la vez se puede proceder a la extirpación quirúrgica de las lesiones.

Según las lesiones que se visualizan y su extensión, se dará una puntuación determinada, que permite clasificar la endometriosis en cuatro estadios:

  • Estadio I: afectación mínima, lesiones aisladas.
  • Estadio II: afectación leve, lesiones superficiales.
  • Estadio III: afectación moderada, lesiones múltiples e infiltrativas.
  • Estadio IV: afectación severa, lesiones profundas con afectación de órganos y estructuras adyacentes.

Según estos estadios existe una clara relación con la infertilidad, asumiendo mayor tasa para el estadio IV y menor para el estadio I.

Se trata de una enfermedad benigna pero progresiva. Además, puede recurrir, es decir, reaparecer una vez extirpada (se calcula que al año recurre en un 5-20% de los casos).

La evolución de la endometriosis no es bien conocida, aunque suele disminuir o desaparecer en la gestación y menopausia. La progresión de las lesiones a lo largo de los años es variable, pudiendo permanecer en la misma densidad, o progresar o extenderse a otros tejidos.

Como complicaciones posibles que pueden surgir durante la enfermedad destacan: la rotura del endometrioma, la infección y la malignización, convirtiéndose en una enfermedad neoplásica (esto ocurre en el 0,7% y suele ser en mujeres con más de 40 años).