Iglesia de Santa Cruz; Aniversario de los Secuestros.

Publicado: 08 dic 2016
Comentarios: 0

Hoy rendimos homenaje a los 12 hombres y mujeres militantes, Madres de Plaza de Mayo y religiosas que fueron secuestrados entre el 8 y el 10 de diciembre de 1977 en esa Iglesia, ubicada en Estados Unidos y Urquiza, en el barrio porteño de San Cristóbal y recordamos entre otras a Esther Ballestrino de Careaga, María Ponce de Bianco y Azucena Villaflor de De Vincenti, la religiosa francesa Lèonie Duquet y la militante popular Ángela Auad.

Algunos casos adquirieron gran trascendencia, como el ya mencionado secuestro de las religiosas francesas Leonie Renée Duquet y Alice Domon.

Por distintos testimonios e informaciones, se conocen hoy los detalles de estos hechos. Una de las personas que participó en los mismos en calidad de detenida-desaparecida aporta, sin duda alguna, uno de los testimonios más directos y calificados; para ello transcribimos del informe Nunca Mas este pasaje:

«El Oficial Alfredo Astiz (a) «Angel» o «Rubio» o «Cuervo» o «Eduardo Escudero», entonces Teniente de Fragata, poseía una relativa experiencia en trabajos de infiltración en organismos de derechos humanos. Tal vez por eso le encomiendan esta tarea a fines de 1977. Entre los meses de octubre y noviembre de 1977, Astiz comenzó a asistir a misas, actos y reuniones de carácter público que por ese entonces desarrollaban los familiares de desaparecidos, utilizando la identidad de Gustavo Niño. Simulaba ser hermano de un verdadero desaparecido. Del grupo de Inteligencia que comandaba las actividades del G T, surgió la iniciativa de que Astiz comenzara a ser acompañado en algunas ocasiones por una secuestrada, para aumentar la credibilidad de su labor. Surgió entonces la necesidad de que concurriera los días jueves a la Plaza de Mayo, donde se reunían los familiares de personas desaparecidas. En una de estas ocasiones la Policía Federal intervino y perturbó el desarrollo normal de la marcha, a raíz de lo cual Astiz los enfrentó en defensa de las Madres. El suceso sirvió para hacerse conocer por los familiares. Luego, la secuestrada que hasta ese momento acompañaba a Astiz (Niño) fue reemplazada por mí…»

«Esta elección se debió a que yo tenía un aspecto físico y edad apropiada para desempeñarme como hermana menor de Astiz y porque la otra persona era esposa de un conocido dirigente político y podía ser identificada. Mi persona, en cambio no ofrecía ese riesgo. Fui con Astiz una vez a la Plaza de Mayo y a dos o tres reuniones en la Iglesia de Santa Cruz. La cuarta y última vez que participé en un domicilio particular del barrio de La Boca, se había decidido previamente que sus participantes serían secuestrados. Este operativo era parte de otros cuatro que serían ejecutados entre el 8 y el 10 de Diciembre. Ellos eran: el secuestro de un grupo reunido en la Iglesia de Santa Cruz; el de los concurrentes a una cita establecida en un bar de la esquina de Av. Belgrano y Paseo Colón; el posterior secuestro de la Sra. Azucena Villaflor de Vicenti, fundadora del grupo «Madres de Plaza de Mayo» a la salida de su domicilio y por último el secuestro de una de las monjas Leonie Duquet, en el mismo domicilio que compartía con Alice Domon, secuestrada anteriormente en el barrio de La Boca» (Silvia Labayru – Legajo N° 6838)

No todos los secuestrados eran familiares de desaparecidos; varios de ellos eran sólo personas solidarias con este drama que se estaba extendiendo como un gran manto de silencio y muerte por todo el país. Estaban juntando dinero para sacar una solicitada en los diarios con motivo de las fiestas navideñas, exigiendo información sobre los detenidos-desaparecidos.

 

«Horas antes de ser llevada por Astiz a dicha reunión en La Boca supe que iba a ser sometida a un simulacro de secuestro. También me adelantaron que se iban a producir otros secuestros entre el grupo que se reunía en la Iglesia de Santa Cruz. Entre el personal del grupo que participó en La Boca se encontrahan el oficial de operaciones del G.T. Tte. de Fragata (a) «Pantera»; el mayor del Ejército Juan Carlos Coronel (a) «Maco» y el Tte. de Navío (a) «Norberto». Las doce personas finalmente secuestradas fueron alojadas en «capucha» durante muy pocos días, luego fueron trasladadas. Durante ese tiempo fueron conducidas al sótano donde las interrogaban y torturaban el Cap. Acosta, Antonio Pernía, el Mayor Coronel el Tte. Schelling o Scheller (a) «Pingüino» y el Subprefecto (a) «Selva» « (Silvia Labayru & emdash;Legajo N° 6838).