Mini Davos, algunas conclusiones.
Mucha pompa y lujo, «caos de tránsito» por los cortes, caras importantes del mundo empresarial, un costo estimado de 15 millones de dólares en su organización, lluvia de inversiones, etc.
Nada más allá de lo esperado, mucho optimismo en el Gobierno Nacional, nada concreto ni firmado, salvo el pre-acuerdo con la empresa Siemens, y muchas promesas de inversiónes en el país.
Las demandas de los inversores internacionales están fijadas en el Presupuesto 2017; proyecto de gastos e ingresos donde abunda el «gradualismo», en especial, en el tema tasas de interés o dólar, pero también sobre déficit fiscal, endeudamiento, crecimiento del PBI y comienzan a hablar de retraso cambiario.
Para la Unión Industrial Argentina y el campo, no es una buena noticia; y es algo que puede tener repercusión electoral negativa en el interior en las elecciones del año que viene.
No hay reforma fiscal a la vista, hay una pequeña reducción del Impuesto a las Ganancias, pero las primeras estimaciones dicen que lo pagarán más personas, al tiempo que también bajaría la recaudación por Impuesto a los Bienes Personales.
Parece un modelo contradictorio, dado que premia al rentista y castiga al trabajador. Por eso, habría que esperar modificaciones correctivas en una posterior reforma fiscal que, aún, no se conoce.
El “Foro de Inversiones y Negocios” mostró cómo es el ADN del macrismo: Sin estridencia, con abuso del marketing, una estética de show mediático, excelente catering, colores suaves y clima amigable.
El Gobierno puso a disposición de los inversores privados la estructura para que traigan capitales al país, algunos ministros de forma casi humillante (Aranguren, Triaca).
Veremos con el correr de los meses y los datos reales de la economía esto que ilusiona al gobierno si se transforma en realidad.