Nacimiento de Rodolfo Walsh.

Publicado: 09 ene 2023
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Rodolfo Jorge Walsh (Lamarque, Río Negro, Argentina; 9 de enero de 1927 – desaparecido en Buenos Aires; 25 de marzo de 1977) fue un periodista, escritor, dramaturgo y traductor que además militó en las organizaciones guerrilleras FAP y Montoneros.

Walsh era descendiente de irlandeses, llegó a Buenos Aires en 1941 para realizar sus estudios secundarios.

Completados estos, comenzó a estudiar filosofía y letras pero abandonó para emplearse en los más diversos oficios: fue oficinista de un frigorífico, obrero, lavacopas, vendedor de antigüedades y limpiador de ventanas.

A los 17 años, había comenzado a trabajar como corrector en una editorial, germen de su oficio de periodista, en el que habría de destacarse.

En 1951 comenzó a trabajar, para la Editorial Hachette, en las revistas Leoplán y Vea y Lea.
Meses después de producidos los fusilamientos clandestinos en el basural de José León Suárez por órdenes del gobierno de la «Revolución Libertadora», recibió la información de que había «un fusilado que vive».

Luego de su encuentro con Juan Carlos Livraga, el sobreviviente de aquellos fusilamientos, Walsh escribió un libro sobre esos hechos:
«Esta es la historia que escribo en caliente y de un tirón, para que no me ganen de mano, pero que después se me va arrugando día a día en un bolsillo porque la paseo por todo Buenos Aires y nadie me la quiere publicar y casi ni enterarse».
Al fin, del 15 de enero al 30 de marzo de 1957, consiguió la publicación en el pequeño diario nacionalista Revolución Nacional.

Luego, del 27 al 29 de junio, publicó nueve artículos más en la revista Mayoría de los hermanos Tulio y Bruno Jacovella, por cuya recomendación, Walsh se presentó en el Estudio Ramos Mejía donde funcionaba el semanario Azul y Blanco donde pidió hablar con el Dr. Marcelo Sánchez Sorondo quien dirigía esa publicación.
Así apareció la primera edición del libro Operación Masacre, con el subtítulo «Un Proceso Que No Ha Sido Clausurado», de Ediciones Sigla, sostenida por Jorge Ramos Mejía, propiedad de Sánchez Sorondo, una pieza única de investigación periodística precursora del «nuevo Periodismo» que 15 años después, en filmación clandestina y militante fue llevada al cine.
Su obra recorre el género policial, periodístico y testimonial, con libros que alcanzaron gran difusión como Quién mató a Rosendo o Caso Satanowsky.
La novela Operación Masacre dio comienzo a lo que hoy se le llama Periodístico Narrativo o Novela Testimonio, aunque se haya dicho que su creador fuera Truman Capote por la novela A Sangre Fría escrita en 1966, 9 años más tarde.

 

En 1959, Walsh viajó a Cuba en plena revolución, y fue allí donde desarrolló su faceta periodística más exhaustiva en la Agencia Prensa Latina junto a Jorge Masetti, Rogelio García Lupo y Gabriel García Márquez.

Su rol allí se volvió fundamental cuando descifró en total ocho teletipos de la CIA con información sobre un plan de Estados Unidos para invadir Cuba.

De regreso a Argentina volviendo por España, Walsh consiguió una entrevista con Juan Domingo Perón (de la que quedó un cuento inconcluso) y afirmó que “manejaba el arte de la conversación”.

En la década del ’60, Walsh publicó las obras de teatro La granada y La batalla, y el libro Un kilo de oro.

Le seguiría ¿Quién mató a Rosendo?, acerca del vandorismo. De 1968 a 1970 trabajó en revista Panorama y en Semanario CGT. Se adhirió a la militancia sindical peronista junto a su última compañera, Lilia Ferreyra.

Entrando en los ’70, Walsh ingresó en el peronismo de base. El “profesor Neurus” era uno de sus seudónimos. Su especialidad era descifrar códigos del área de Inteligencia.

En 1973 se unió a Montoneros. Trabajó en el diario Noticias junto a Juan Gelman, Horacio Verbitsky, Paco Urondo y Miguel Bonasso.

El 25 de marzo de 1977, un año y un día después del golpe cívico-militar, publicó Carta abierta de un escritor a la junta militar.

En la «Carta…», Walsh explicita con alto grado de precisión (abunda en cifras numéricas) los datos que la Junta oculta a la gente mediante la censura de prensa y la represión a la libre opinión, «fiel al compromiso» asumido desde hace mucho «de dar testimonio en momentos difíciles». La denuncia directa, frontal, de un intelectual es una opción en una época en la que hablar costaba la vida en muchos casos; más allá de la militancia de Walsh, la opción de la escritura de la carta abierta, por lo tanto de lectura en el ámbito social, y que revela y busca la verdad se puede relacionar con aspectos que encontramos en su trayectoria: por una parte, la preferencia literaria desde los comienzos de la literatura policial (género en el cual el problema gnoseológico, del conocimiento de la verdad, es central) no es fortuito; por otra parte, su deslizamiento hacia lo periodístico, y -dentro de lo periodístico- la investigación (unión, para Piglia, de las dos poéticas de sus prácticas -testimonio y ficción-); y por último una elección anterior que lo lleva a una nueva forma de narrar, conjugación de lo político y lo literario, cuya especificidad depende tanto de su condición de testimonio como del cuestionamiento de las categorías tradicionales de verdad, ficción y realidad: el género no ficcional o testimonial.