Neofobia Alimentaria.
Se trata de un tipo de fobia que se caracteriza por un miedo o ansiedad intensa a las nuevas situaciones y/o experiencias, particularmente, a probar alimentos desconocidos.
Según los profesionales de la salud, este temor se considera “normal” en niños de alrededor de 2-3 años, donde casi la mitad de ellos adoptan comportamientos selectivos. Además, en esa edad es parte de un reflejo primitivo de protección, una forma de aumentar su poder de decisión y desarrollar su personalidad.
Entonces, ¿cuándo se convierte en una preocupación?
Cuando la conducta no se gestiona bien, perdura con el paso del tiempo y se alarga mucho más de los 6-7 años.
Aquí ocurre que puede crear inconvenientes futuros debido a que su dieta es menos variada y proteica.
¿Qué hacer?
- Dejar que exprese el rechazo y respetarlo.
- No obligar nunca a comer al niño/a. Se generará un mayor rechazo.
- Crear un ambiente relajado y agradable alrededor de la mesa. En lo posible, que los pequeños vean a sus familiares consumir esos alimentos.
- Acercarlos a los alimentos, que tengan contacto, que lo toquen con sus manos e incluso, que se lo quieran ofrecer a un adulto.
- Seguir ofreciendo alimentos de forma saludable.
- Ser un buen ejemplo.
- No utilizar el soborno o el castigo para que el niño coma.
- No premiar al niño por comer bien.
- Preparar los alimentos de una forma atractiva para el niño, mezclando colores, texturas y presentándolos en platos divertidos.
- Evitar la distracción durante las comidas. Apagar la televisión, los celulares, etcétera. No obligar nunca a comer al niño.