Alejandro Otero, Economista, en Comunas un Desafío.

Publicado: 14 jun 2020
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Nos comunicamos con Alejandro Otero, economista, presidente del Frente Grande de la Ciudad de Buenos Aires, Vicedecano de la Universidad de Moreno, profesor regular de la UBA y de la Universidad de Moreno, gran amigo y colaborador del programa Comunas un Desafío.

 

 

Después de los habituales saludos de bienvenida, agregamos los correspondientes a su cumpleaños, «Ayer (12 de junio) cumpli años, aclaro que soy de Villa Luro y por supuesto de Vélez. El club se fundó más bien cerca de Floresta (en los túneles de la estación Vélez Sarsfield –hoy Floresta, del Ferrocarril del Oeste) con Amalfitani y sus amigos; pero la primera cancha estaba en el cuadrante a menos de 100 metros donde yo nací: Basualdo, Pizarro, Guardia Nacional y Schmidl, ahí estaba la cancha original de Vélez que cuando después se decide hacer el estadio de cemento se desmonta y don Pepe empieza el estadio en los terrenos donde está actualmente.

Es una historia maravillosa porque esos tablones quedaron guardados mucho tiempo y después fueron a ser las tribunas del Strongest de Bolivia y hace poco por una casualidad ese club de Bolivia desarmó esos mismos tablones para hacer su cancha de cemento y pudimos recuperarlos para hacer unas gradas para regocijo de los hinchas e incluso se hicieron unos souvenir en un evento político de la actual conducción que preside Rapisarda y tiene como vicepresidente a mi gran amigo Augusto Costa (uno fue parte también de ese armado) y se hizo participar a gente que se habían sentado en aquella gradas:  yo tuve la oportunidad de llevar a mi padre, fue muy emotivo porque se sentó y reconoció esas tribunas que ellos ya conocían, que yo no llegue a conocer porque eso se desarmó allá por los años 40;  soy socio vitalicio me he pasado ahí una parte importante de mi infancia y somos ya varias generaciones de velezanos en la familia.»
Sobre la pandemia opinó: «Con los cuidados, sin caer en la tontería de economía o salud, de verdad sin caer en esta cosa de oponer lo que es parte de una misma cuestión y priorizando el cuidado de la gente, porque la salud, las medidas de política de salubridad y la economía están para la gente, no sin gente, las empresas son con gente, no sé en que piensan cómo sería una economía sin gente, sin gente que produce, sin gente que consume,  la verdad un nivel de estupidez los que sostienen esos argumentos , bueno en fin no hay que caer en el atontamiento generalizado que algunos medios impulsan.»
De la economía mundial nos ilustra, «efectivamente lo que se evidencia con los datos objetivos es que con independencia de las medidas que adopten los gobiernos la economía cae estrepitosamente en todo el mundo, producto de la parálisis obligada pero la diferencia está en la cantidad de víctimas, ¿no? si la economía cae acá en Brasil y en la Argentina, cae en Estados Unidos y en Argentina  pero en Estados Unidos y en Brasil hay mucho más muertos que en la Argentina, entonces claramente eso pone en evidencia que las políticas del gobierno son sensatas y correctas desde una perspectiva humanista verdad, ahora si uno tiene otras ideas y considera que la solución a los problemas deben ser <darwinistas> y qué entonces el proceso de selección natural dejará bajo tierra a los que tenga que dejar y que sobrevivan los más aptos, bueno para quienes piensan de ese modo entonces habrá que hacer otras cosas;  para los que tenemos una perspectiva humanista de la vida y de la economía entonces lo que se está haciendo es lo correcto porque ante lo inevitable que es la caída de  la economía estamos preservando la vida humana.»
Del tema de la Agroexportadora Vicentín, de las medidas del gobierno Nacional, de los caceroleros y otros temas se explaya:
«Algo parecido a esa falsa dicotomía entre salud y economía, cuando uno escucha a la gente que salió a manifestar, a los que salieron a cacerolear, a los que salieron a argumentar contra la medida del gobierno, se hace inentendible poder comprender qué es lo que está defendiendo esa gente. El tema puede ser abordado desde muchos  puntos de vista porque realmente es interesante, se puede abordar el entramado político que implica Vicentín en Avellaneda, norte de Santa Fe y el resto del país, (el principal aportante a la campaña macrismo)  se podría abordar desde el punto de vista de las maniobras dolosas y sospechadas de criminalidad que han tenido los empresarios que condujeron la empresa <triangulación, evasión ,elusión, fuga, blanqueo de capitales> se podría abordar de ahí casi como una novela policial o se puede abordar desde la racionalidad económica.»
«Yo voy a abordar el tema exclusivamente desde la racionalidad económica sin perjuicio de que los otros abordajes también son necesarios y lo que quiero decir en primer término, y lo hizo también con claridad Alberto, es que en cualquier país del mundo cuando una empresa de la envergadura que tiene Vicentín, porque Vicentín  integra un ranking en Argentina  que lamentablemente integran pocas empresas porque infelizmente no tenemos demasiadas empresas de la dimensión y la importancia que tiene Vicentín, ojalá tuviéramos muchas más, pero en cualquier país frente a una circunstancia como la que tiene una de esa magnitud (hay muchas empresas de esa magnitud en Alemania)  cualquier gobierno sensato tomaría cartas en el asunto para evitar el desastre que significaría que una empresa de esas características quiebre y deje de existir.  Y  por qué digo que una empresa de semejante magnitud si quiebra se constituye en un desastre, porque son más de siete mil trabajadores propios y otros cuantos miles indirectos producto de la actividad económica que desarrolla, son  un montón de acreedores que tienen esparcidos (más de 2.600) por ahí que serían también arrastrados a la quiebra si esta empresa desaparece, sería un desastre porque se dejaría de producir y de exportar una cantidad muy importante de miles de millones de dólares que pasarían a ser exportados por empresas extranjeras, que luego esos dólares, vía dividendos, serían repatriados al exterior adonde están sus casas matrices y tendríamos entonces más problemas de los que tenemos por el tema de la indisponibilidad, o de la falta de dólares necesarios para sostener el desarrollo, es  decir que hay un montón de razones para que el Estado intervenga evitando lo que sería las catastróficas consecuencias del derrumbe de una empresa de esa magnitud y el efecto extranjerización que se generaría si la empresa no quiebra pero es adquirida por otra de capitales extranjeros que generaría esta situación de mayor concentración y mayor extranjerización  en un mercado que ya tiene notables niveles de concentración y extranjerización. Por donde se lo mire la intervención del Estado en este caso es absolutamente necesaria porque esta es una empresa que no hace cualquier cosa, hace producción de alimentos, es uno de los cinco exportadores principales de la Argentina en el rubro y es uno de los diez principales productores de alimentos del país.
Alimentos que son elementos básicos para la vida humana, no se trata de submarinos o de indumentaria que siendo importante podría ser algo que puede postergarse en su consumo de modo que además de la cuestión de este tamaño, está la cuestión estratégica, que se desempeña en un sector estratégico que no puede ser descuidado y un sector estratégico donde el mayor nivel de concentración y de extranjerización que se produciría si esta empresa desaparece generaría enormes perjuicios para los argentinos.», sostuvo enfaticamente.
Y agregó, » Vicentín es uno de los primeros aportantes por cifras millonarias de la campaña del PRO, hay compromisos concretos por parte de la fuerza política  para defender a esta empresa, no es sólo una cuestión  ideológica, del mismo modo que con el impuesto a la riqueza el PRO ha expresado, no solo el ideológico sino también en lo práctico, los intereses de los sectores con mayor nivel de vida, de los sectores más concentrados de la economía del país de los cuales Vicentín forma parte y sus titulares también forman parte.
Son dos medidas absolutamente sensatas en favor del desarrollo y bienestar del pueblo argentino que van a encontrar sin duda una enorme resistencia de la oposición;  esperemos que la población, el grueso del pueblo argentino, sepa entender la razonabilidad de esta medida y no sea presa fácil no sólo de los argumentos de la oposición sino de lo que son difusores mediáticos que fogonean todo el tiempo presentando estas dos iniciativas como si estuviéramos al punto de tomar <el palacio de invierno> (de Petrogrado en 1917, Revolución Bolchevique), la verdad que es una verdadera estupidez presentar  el proyecto de este modo, porque a muchos de los que se oponen a esta medida suelen citar como un país ejemplo Alemania, bueno Alemania hace quince o veinte días ustedes habrán leído en los diarios y lo habrán podido observar en los medios, decidió intervenir Lufthansa que salvando la diferencia para los alemanes es una empresa de envergadura que ocuparía un lugar semejante al de Vicentín; decidió  intervenir en Lufthansa y capitalizar los aportes para salvar a la empresa tomando parte del control del directorio, es decir no sólo intervino poniendo dinero sino que lo capitalizó en su favor para poder asegurarse de que la conducción de Lufthansa va a ir en favor de los intereses que quiere desarrollar el estado alemán.
Y no como por ejemplo se hizo otra vez que se puso plata en Estados Unidos cuando pusieron cifras innombrables, por la cantidad de ceros, para salvar a los bancos y las entidades financieras en el año 2009 y después de eso el fondo terminó para pagar los bonos de los Ceo´s de esas compañías y no fueron en beneficio de los pequeños ahorristas que estaban siendo perjudicados por esa situación ante la crisis, es decir que  la medida que está tomando el gobierno es una medida que no es un invento argentino, no es el dulce de leche, no constituye un disparate ni el inicio de la revolución socialista sino que es una medida razonable dentro del capitalismo para evitar males mayores como los que ocurrirían si Vicentín llegase  a quebrar.»
Y para finalizar nos hace un poco de historia, «recordemos que el mercado de alimentos en la Argentina desde el año 1930/32 hasta los años noventa siempre estuvo regulado y que las regulaciones sobre el mercado fue una respuesta a la crisis del treinta, las Juntas Nacionales de Granos las inventaron los conservadores y los liberales de entonces, muchos abuelos de los actuales opositores a la medida para intervenir Vicentín. Los abuelos de los que hoy se oponen crearon la Junta Nacional de Granos para poder regular y salvar de las situaciones de crisis a ese mercado. Los nietos se oponen a una medida semejante a la que crearon sus abuelos, sería bueno que los nietos conversen un poco más con sus abuelos porque la regulación del mercado sensible con el grado de  concentración y extranjerización  que tiene la Argentina como es el mercado de alimentos en nuestro caso no la inventó el peronismo, la inventaron  los conservadores y los liberales, después se mantuvo y desde los años noventa que se desmontaron las juntas nacionales y que el estado renunció con el vuelco del menemismo, la liberalización, renunció a regular el mercado de alimentos y renunció a regular las exportaciones granarías en la Argentina. En términos de estabilidad cambiaria y continuidad del desarrollo no han ido bien para la Argentina;  entonces sería sensato y bueno que así como es sensato y bueno volver a grabar la riqueza de una manera inteligente, se vuelva a tener mecanismos que permitan intervenir de modo inteligente y eficaz en un mercado tan sensible como es el mercado de alimentos; no sólo por el precio de los alimentos accesibles que tienen que existir en el suelo argentino sino también por el control de las divisas; que el primer productor exportador del país aporta y no puede quedar eso en manos extranjeras porque la consecuencia al dejarlo en manos extranjeras o de no controlar ese  flujo de divisas son nefastas y lo hemos visto claramente a lo largo de los últimos años.»
Y se despidió,«muchísimas gracias por la posibilidad de compartir las ideas con los amigos y también de hacer una pequeña celebración como la que me brindaron. Un abrazo grande y hasta siempre.»