¿Como y Cuando Usar los Antiácidos?

Publicado: 11 nov 2020
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La acidez como síntoma digestivo nos indica que nuestro organismo no está pudiendo digerir correctamente lo que estamos consumiendo.

Lo que nos genera acidez son los mismos ácidos grasos que son responsables de procesar aquello que comimos. El ardor que sentimos o el dolor de estómago se da porque por alguna razón, la capa protectora de nuestro estómago no da abasto o al ser demasiado difíciles de digerir los alimentos los ácidos gástricos permanecen demasiado tiempo en el estómago provocando molestias.

Para sanar estos síntomas es muy común recurrir a un medicamento de venta libre: los antiácidos.

Pero es necesario tener en cuenta los riesgos que genera el consumo excesivo y por fuera de las recomendaciones de los médicos, bien utilizado es muy seguro pero su abuso puede ser muy peligroso aún para un medicamento de venta libre.

El antiácido no cura, simplemente ofrece una capa protectora, pero muchas veces el estómago sigue produciendo ácido porque identifica un problema y puede ocasionar consecuencias graves como úlceras, hemorragias, infecciones; también pueden provocar problemas óseos y problemas en la absorción de ciertos nutrientes, así como afecciones en la microbiota.

Los antiácidos tienen distintos principios activos como el magnesio, calcio o bicarbonato, cada uno de estos puede generar efectos adversos diferentes.

La mayoría de los antiácidos se usan de manera episódica, cuando hay fuerte acidez por exceso de comida o al ingerir alimentos irritantes y por estrés; si tiene acidez toma el antiácido, se alivia y ya, es una sola toma. Ahora bien, si se trata de algo frecuente, es necesario consultar al médico, el primer cambio siempre será dietario, la eliminación o reducción de ciertos alimentos acidificantes y en caso de utilizar un antiácido deberá ser controlado por el profesional.

 

Uno de los medicamentos más comunes en el botiquín del hogar son los que se utilizan contra la acidez estomacal.  Según datos del mercado, cada año se venden en la Argentina 18 millones de unidades –cajas de 28 a 30 comprimidos– de inhibidores de la bomba de protones, que es el nombre técnico del omeprazol y otros protectores gástricos.

Si bien son medicamentos seguros y de venta libre, estudios científicos advirtieron que existe una asociación entre el uso crónico –por más de dos años– de estas drogas y deficiencias de diversos nutrientes como la vitamina B12 y el magnesio.

Un análisis publicado en la revista Journal of the American Medical Association reveló que las personas que tomaron diariamente un medicamento del grupo de omeprazol durante dos o más años tenían un 65% más de probabilidades de tener niveles bajos de vitamina B12 que quienes no habían ingerido estos fármacos durante un período tan prolongado.

La razón es que la vitamina B12 requiere para su absorción el funcionamiento normal del estómago. El ácido gástrico es clave, ya que libera esta vitamina de los alimentos, permitiendo que se una a ciertas proteínas. Si el ácido del estómago se reduce, como ocurre cuando se toman estos fármacos, esa unión no se produce ni tampoco la absorción completa de la vitamina, lo que a largo plazo se podría relacionar con anemia y problemas cognitivos.

En el caso del magnesio, la Anmat –siguiendo los pasos de la FDA de EE.UU.– publicó en 2012 la recomendación de monitorear los niveles de este mineral en aquellos pacientes bajo tratamiento contra la acidez o la gastritis. Es que el omeprazol impactan en la producción de magnesio del organismo. El déficit de este mineral causa calambres, debilidad muscular y, a largo plazo, se asocia a enfermedad cardiovascular. “Las personas que toman inhibidores de la bomba de protones (prazoles) sin prescripción médica no deben prolongar este tratamiento más allá de dos semanas. Si sus síntomas no mejoran, debe realizar una consulta con un profesional”, advirtieron desde Anmat.