Dermatitis Atópica.

Publicado: 09 nov 2022
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La dermatitis atópica es una afección inflamatoria y crónica de la piel que causa picazón severa. Normalmente se manifiesta desde la infancia.
Se denomina «atópica» porque no afecta a un área específica, sino que puede afectar a diferentes partes del cuerpo.
 

Es una enfermedad que tiende a ser crónica: tratándola adecuadamente, los síntomas se pueden mantener bajo control, pero a veces nunca se resuelve por completo. Sin embargo, en algunos casos la patología desaparece durante la adolescencia.

En los casos en que la enfermedad continúa presente incluso en la edad adulta (es decir, si se vuelve crónica), sus manifestaciones suelen ser más graves con el paso del tiempo.

En el momento de la aparición de la dermatitis, el niño puede experimentar los siguientes síntomas:

  • piel seca;
  • presencia de eritema, vesículas, costras y eccemas.

Cuando la enfermedad se vuelve crónica en la edad adulta, los síntomas se vuelven más intrusivos; además de los mencionados anteriormente, se pueden agregar:

  • hiperqueratosis;
  • engrosamiento de la piel;
  • aparición de pápulas;
  • picazón muy intensa;
  • fisuras con presencia de sangre;
  • Sensibilidad a las infecciones cutáneas debido a la presencia de eczema, que favorece el crecimiento de bacterias.

El dermatólogo analiza las lesiones de las siguientes maneras:

  • una primera visita objetiva;
  • prueba del parche (se aplican algunas sustancias alergénicas en la piel);
  • biopsia (en raras ocasiones, para excluir patologías graves relacionadas con la dermatitis atópica);
  • dosis de inmunoglobulinas de tipo E y específicas;
  • prueba de punción;
  • pruebas diagnósticas para trastornos respiratorios como asma, rinitis y rinoconjuntivitis, que pueden afectar a la aparición de dermatitis atópica.

Es una enfermedad multifactorial, es decir, causada por varios factores al mismo tiempo.

Las causas más comunes pueden ser:

  • predisposición genética;
  • alteraciones en la actividad de las enzimas que protegen la piel preservando la película hidrolipídica de la piel;
  • estrés;
  • exposición a alérgenos o sustancias irritantes;
  • sudoración.

Es difícil prevenir la aparición de la dermatitis, pero es posible evitar su cronicidad (casi exclusivamente durante la infancia) o reducir sus síntomas (durante cualquier etapa de la enfermedad, por lo tanto también en la edad adulta) siguiendo algunos cuidados:

  • escoger productos de limpieza delicados para el cuidado de la piel;
  • usar ropa hecha de algodón, lino u otras fibras naturales, preferiblemente floja;
  • tener mucho cuidado al elegir productos cosméticos y maquillaje (sin fragancias ni alérgenos).

El dermatólogo puede prescribir los siguientes tratamientos:

  • medicamentos tópicos en crema a base de corticosteroides;
  • crema emoliente para aplicar sobre lesiones cutáneas ya en curso;
  • antihistamínicos, antibióticos o medicamentos antivirales;
  • fototerapia (cuando esté recomendado).

Tal como se ha especificado, muy a menudo estos tratamientos ayudarán a reducir los síntomas, pero los pacientes adultos en los que la dermatitis atópica se ha vuelto crónica difícilmente podrán sanar completamente.