Día del Escritor y la Escritora.

Publicado: 13 jun 2023
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Leopoldo Lugones nació el 13 de junio de 1874 en Villa María del Río Seco, Córdoba y se suicidó el 18 de febrero de1938 en un hotel del Tigre. Lugones fundó la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).

Fue la SADE la que estableció la fecha de su nacimiento como el Día del Escritor en la Argentina.

Poeta, narrador, bibliotecario, pedagogo y ensayista, en su obra forjó de hecho una vanguardia literaria que rompió con la herencia hispanista y sentó así las bases de un literatura moderna, siempre en la búsqueda de una lengua propia para nuestro país.

Admirador de Rubén Darío, fue autor de una treintena de libros, entre ellos, Los crepúsculos del jardín, Las fuerzas extrañas, Las horas doradas y La guerra gaucha, que fue llevada al cine en 1942 por Lucas Demare.

Para Lugones, el rol del escritor estaba unido al destino de su país y por lo tanto, debía ser parte de su acción política. Admirador de las bibliotecas populares (contaba anécdotas sobre cómo lo marcó la biblioteca de su pueblo), dirigió hasta su muerte la Biblioteca Nacional de Maestros y contribuyó a diseñar una reforma para la educación secundaria argentina.

Al mismo tiempo, algunos de sus ensayos se constituyeron en hitos de la cultura argentina. Las conferencias que brindó en el teatro Odeón sobre el Martín Fierro, en las que comparaba al guacho con la épica homérica, tienen mucho que ver en su constitución como “libro nacional”.

A pesar de ser considerado un poeta moderno, fue crítico de las vanguardias literarias de principios del siglo XX lo que lo enfrentó al grupo de literatos que participaba de la revista Martín Fierro, entre ellos, Oliverio Girongo, Norah Lange, Leopoldo Marechal y Jorge Luis Borges.

Lugones fue parte de las contradicciones de una época que vio nacer el voto universal en nuestro país, en 1912, y que, a su vez, permitió el Golpe de Estado de 1930. Socialista en su juventud, fue acercando progresivamente sus ideas al nacionalismo hasta el punto de revindicar el golpe de estado del general José Félix Uriburu Uriburu contra Hipólito Yrigoyen.

“Ha sonado otra vez, para bien del mundo, la hora de la espada… Pacifismo, colectivismo, democracia, son sinónimos de la misma vacante que el destino ofrece al jefe predestinado, es decir, al hombre que manda por su derecho de mejor, con o sin ley, porque esta, como expresión de potencia, confúndese con su voluntad. (…) El ejército es la última aristocracia, vale decir la última posibilidad de organización jerárquica que nos resta entre la disolución demagógica”, expresó sobre el gobierno de Uriburú.

La noche de 1938 en la que se suicidó con cianuro Leopoldo Lugones dejó una nota que decía: “Que me sepulten en la tierra sin cajón y sin ningún signo ni nombre que me recuerde. Prohíbo que se dé mi nombre a ningún sitio público. Nada reprocho a nadie. El único responsable soy yo de todos mis actos”.

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