Día Mundial para la Prevención del Abuso Sexual a Niños/as y Adolescentes,

Publicado: 19 nov 2021
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Desde el año 2000 se ha designado el 19 de noviembre como el Día Mundial para la Prevención del Abuso sexual a niños/as y adolescentes, para que se pusiera en evidencia el problema de los abusos a la infancia, se instaran acciones urgentes, pertinentes y eficaces por parte de los Estados y, paralelamente, se conmemorara este día en sinergia con el Día de los Derechos del Niño, que se celebra el 20 de noviembre.

 

Este delito, que vulnera la integridad sexual de niños/as y adolescentes, sucede mayoritariamente dentro del ámbito familiar y es cometido por familiares o personas cercanas al entorno; también mayoritariamente por parte de varones, a través de la relación de poder por parte del adulto que se sostiene dada la vulnerabilidad de lxs niños/as y adolescentes.

 

El Artículo Nº 72 del Código Penal expresa que el abuso sexual a niños/as o adolescentes constituye un delito de acción pública. Hasta su modificación, solo podía iniciarse un proceso contra el agresor si los representantes de la víctima menor de edad accedían. Ahora, el Estado podrá iniciar la causa de oficio, lo que es un avance en términos de ampliación de derechos para enfrentar todas las formas de violencia en un marco de corresponsabilidad.

 

 

Según datos de UNICEF 1 de cada 5 niñas y 1 de cada 13 niños sufren o sufrieron abuso sexual antes de llegar a los 18 años de edad.

De estos casos sólo se denuncia el 10%, y de cada 1.000 denuncias solo una tiene sentencia firme, perpetuándose la impunidad en la mayor parte de las ocasiones.

El 90% de los agresores son varones. A su vez, suele suceder que cuando un niño o niña denuncia una situación de abuso su entorno más cercano no le cree, ya que los atacantes son en un 75% personas del círculo cercano a la familia y el 53% de las agresiones se cometen en los hogares de las víctimas.

Por su parte, la existencia del grooming (acoso y abuso sexual online), viene a demostrar que el abuso sexual no siempre requiere de un contacto físico para provocar un daño en la emocionalidad y subjetividad de los niños y niñas.