EL PLAN DE MACRI EN EDUCACIÓN ES AJUSTAR Y CERRAR GRADOS

Publicado: 03 feb 2012
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ENTREVISTA A EDUARDO LÓPEZ, SECRETARIO GENERAL DE UTE – Ctera.

La política educativa macrista consiste en dividir la educación en dos. Por un lado, una educación estatal para pobres. Por otra parte, una educación privada, de transformación y de calidad para los no pobres. Macri considera que la educación no tiene que ser garantía de igualdad de oportunidades sino plasmar las diferencias que el mercado tiene de manera tal que para los pobres haya una educación pobre y para los no pobres una educación de calidad. ¿Cómo lo lleva adelante? Aumentando el subsidio a la enseñanza privada y bajando el financiamiento a la educación estatal. Las transferencias a la enseñanza privada pasaron de 1.000 millones de pesos en el 2011 a 1.330 millones en el 2012. Mientras tanto, la inversión en educación pública estatal se va reduciendo. A modo de ilustración, la Ciudad de Buenos Aires es una de las jurisdicciones que menos invierte en educación estatal en el país. Invierte $28 de cada $100 que recauda la Ciudad. Por su parte, la Provincia de Buenos Aires destina $ 38 de cada 100, Santa Fe $ 36, Mendoza $ 35, Neuquén $ 34. Claramente esto refleja que se invierte poco.
En este sentido, considero que la educación está para garantizar la igualdad de oportunidades. Para lograrlo, tienen que tener mejor educación quienes menos posibilidades tienen. Tiene que haber un piso de buena educación pero es necesario invertir más en aquel que menos tiene; exactamente lo contrario a lo que ocurre hoy en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en donde aumenta el subsidio a la enseñanza privada y se reducen los fondos a la educación estatal.
¿Cuál es el reclamo de la carpa blanca? ¿Cuál es el fundamento del gobierno de la ciudad para cerrar esos 221 cursos?
El gobierno de la ciudad dice que hay pocos chicos. Plantea que hay 15 alumnos por grado y que, en vez de haber 2 grados de 15, tiene que haber un grado de 30. Es verdad que hay grados con 15 chicos y, en ese sentido, nosotros pensamos que tienen que seguir con esos 15 chicos. Por otra parte, lo que no dice el gobierno porteño es que hay grados con 40 o 50 chicos. Entonces, a esos grados superpoblados con 50 alumnos no los desdobla en 2 de 25 sino que quiere juntar los que están cómodos en grados de 15. Amontona donde están cómodos pero no acomoda donde están incómodos, básicamente es eso. En una oportunidad me tocó debatir con el Ministro Bullrich en un programa de televisión. Cuando dijo que la disposición era para reacomodar le pregunté dónde está la disposición que abre 221 grados en la Zona Sur. Creo que si se cierran 221 para reacomodar, es necesario también abrir 221 nuevos cursos. La respuesta del Ministro fue que no tenía ninguna disposición de ese tipo, que la iba a tener a futuro.
Cabe destacar que un grado de 15 chicos es un grado bueno. En los países europeos los hay de 15, 17 o 20 chicos. Grados como los que quiere Macri, de más de 30 alumnos, no serían buenos. Entonces, pedimos que los grados superpoblados sean desdoblados. El quiere fusionar -yo digo que, en realidad, quiere cerrar- a los grados con una cantidad óptima de chicos. Los grados de 15 alumnos son amigables, en ellos se puede incorporar a niños con problemas de aprendizaje, trastornos de conducta y/o con necesidades especiales con cierta dedicación personalizada. Por eso, lo que queremos es incluir a los chicos. Por otra parte, tampoco miden el metraje. Hay aulas de 12 pibes pero son aulas de 4×4. Se incorpora un niño por cada 1,35 m2, es decir que las aulas tampoco son estándar. En la Zona Sur tenemos aulas en donde las maestras tienen que sacar las puertas de los armarios porque si los abren -con puertas que no son corredizas- tienen que sacar a un chico porque no entra en el aula y se reduce la vacante. Entonces, lo que hay que hacer es construir más escuelas. Casualmente es en la Zona Sur donde ocurre algo que se relaciona con la primera parte de la pregunta: allí quieren amontonar chicos y darles una educación asistencialista. Nosotros, a diferencia de la política macrista, queremos una educación de transformación.
Teniendo en cuenta lo anterior, ¿qué nos puede decir en relación al presupuesto y a la ejecución presupuestaria en materia de infraestructura escolar?
Es interesante remarcar esta diferencia entre lo presupuestado y lo que se ejecuta. Este año el presupuesto se redujo un 3% en infraestructura edilicia respecto al año anterior. Además, a ese presupuesto aprobado por la Legislatura, el Ejecutivo no lo ejecutó. Esto es interesante. Cuando hay 1.000 millones de pesos para arreglar escuelas y no se ejecutan, o se ejecutan solo 500, ¿qué pasa con los otros 500? Pasa a “rentas generales”. Eso significa que el Ejecutivo porteño dispone de esos fondos para lo que quiera. Entonces, en general, iniciaron esta nueva política de no ejecutar y eso que “se ahorran” va a rentas generales y lo pueden disponer, por ejemplo, en propagandas del Gobierno de la ciudad. Por otra parte, una cuestión adicional tiene que ver con el patrimonio. Este gobierno porteño ha vendido terrenos en Catalinas, que es una zona muy cara de la ciudad de Buenos Aires, para construir 3 escuelas. Es como vender la joya de la Abuela. Ellos vendieron las joyas -que son patrimonio porteño- y finalmente no hicieron las escuelas. Esta es una denuncia que hizo la Legisladora Maria Elena Naddeo. Alrededor de $ 15 millones de pesos tenían que ser destinados a la construcción de escuelas y no hicieron ninguna. Ella fue a la justicia con esto y hay una causa. Los fondos públicos generales de las rentas de nuestros impuestos no se invierten o no se ejecutan y a los fondos originados de la venta de “las joyas de la abuela” no se los incorpora al presupuesto educativo.
UTE publicó una nota que afirma que la ciudad intenta implementar políticas educativas que ya fracasaron en Chile. ¿En qué consisten estos proyectos?
Son proyectos que la derecha chilena sí implementó. Se trata de pagar los salarios de los docentes de acuerdo al desempeño de los alumnos. A modo de ejemplo, en mi caso, doy clases de geografía en un secundario de Villa Cartón, Soldati. Entonces, ¿qué haría el gobierno porteño? A modo de ilustración, les tomaría una prueba a mis alumnos y si se sacan un 7 me pagarían $ 700 pesos, por ejemplo. Por su parte, si se sacan un 5, el sueldo sería de $ 500 pesos. Nosotros estamos en contra de ese proyecto de pagar por desempeño tal como se hace en Chile. Esto llevaría a que todos los docentes quieran ir a trabajar al Nacional Buenos Aires porque ahí hay un mejor desempeño. Esto sería equivalente a decir que hay más mortalidad infantil en Chaco que en Barrio Norte porque los médicos de Chaco no son tan buenos como los de Barrio Norte y, por eso, hay que pagarles menos a los médicos de Chaco. Esto, además de ser un error, es de una torpeza terrible. ¿Qué genera este tipo de proyectos? Primero, representa una falacia porque es un proyecto descontextualizado. La educación tiene que ver con un contexto. Por supuesto que los docentes tienen que educar bien, pero si no hay recursos, si las condiciones en las que se educan los chicos no son buenas, los resultados también diferirán. Es como decir que se les va a pagar más a los conductores de trenes que tienen buen servicio que a los que tienen mal servicio. Va más allá del conductor de trenes. Por supuesto que el conductor tiene que conducir bien, pero si vos no renovás vagones, si no invertís, la cosa no va. Volviendo al ejemplo de mi curso en Soldati, muchos de estos alumnos están en situación de calle, la mayoría no tiene libros en su casa y gran parte de ellos no comen es sus casas. Incluso en mi escuela hay un jardín para los hijos de las alumnas madres.
En cuanto a Chile, ¿qué generó ese proyecto? Que los maestros que quieren ganar más, se quieran ir a las zonas ricas. En nuestro caso, se irían todos a trabajar al Colegio Nacional Buenos Aires o a Barrio Norte. Sería equivalente a que todos los médicos dejen Chaco y Formosa porque hay mayor mortalidad infantil. Estas políticas generan eso, que los mejores maestros se vayan a las zonas ricas porque hay mejores resultados y sueldos. Entonces, se termina repitiendo la desigualdad.
En este contexto, ¿qué políticas de inclusión educativa puede mencionar más allá de la ciudad de Buenos Aires?
Considero que la Asignación Universal por Hijo es una política muy inclusiva. También los programas de capacitación de servicio que se dan en algunas provincias. Mejorar a los maestros es un desafío muy importante, algo que hay que hacer de manera urgente. A los docentes nos tienen que evaluar, pero en un contexto. Ahí donde sabemos poco nos tienen que enseñar; eso es capacitación de servicios.
Por otra parte, así como la AUH es una política inclusiva, también lo son Puentes Escolares o el Plan Conectar Igualdad. Este último, por ejemplo, hace que nuestros alumnos tengan computadoras. Son medidas que tienden a emparejar. En la ciudad hace falta mucho; hacen falta escuelas que sean cómodas y más profesores. Mientras que la Nación duplicó el presupuesto, aquí se invierte menos que el año anterior. En definitiva, invertir más del 6 % del PBI, capacitación docente, más escuelas, más computadoras, planes de incorporación en la matricula, más bibliotecas; todas estas son políticas de inclusión.
En relación a Puentes Escolares hay un problema con las viandas. ¿Que puede decir sobre esto?
El actual problema de las viandas tiene que ver con distintas políticas anteriores al gobierno macrista que los maestros estamos defendiendo. El programa Puentes Escolares está destinado a niños en situación de calle. Los vamos a buscar y le damos cierta educación con el objetivo de que terminen en una escuela. Cuesta mucho porque duermen en la calle; es un programa al que asisten alrededor de 300 pibes y les damos comida (un alfajor, un sándwich, una barrita de cereal). Este es un incentivo para estos chicos y el macrismo lo quiere sacar. El gobierno de la ciudad dice que ya comen en los paradores, que si quieren comer tienen que ir a dormir a los paradores, pero estos chicos, muchas veces, no van a los paradores, van debajo de la autopista. Por eso considero que estos chicos están en una situación en la que hay que garantizarles la comida. Si logramos que vengan a Puentes Escolares tenemos que tener comida para brindarles. Lo hacemos en fábricas, en sindicatos. Por eso, si lo que queremos es escolarizar, tiene que haber un sándwich. En definitiva, lo que ocurre con las viandas tiene que ver con otro intento de Macri por sacar todas las políticas de inclusión.
Carlos Fuentealba, el compañero asesinado en el año 2007, decía algo muy interesante: “el pueblo tiene que ir a las escuelas pero las escuelas tienen que ir al pueblo”. La escuela tiene que ir a las calles, a Constitución, a Retiro, eso es Puentes Escolares.
¿En que quedó la discusión por las juntas de clasificación? ¿Era necesario un cambio o solo se trata de un ataque más a la educación porteña?
Nosotros consideramos que en la escuela tienen que estar los mejores maestros, no los amigos del poder de turno -ya sean macristas o de otro color político-, sólo los mejores. En este marco, el gobierno macrista fue, por distintas cosas, contra la escuela pública. No pudo porque los maestros nos opusimos. Quiso darles soja a los chicos en vez de carne y los maestros nos opusimos, quiso sacarles las becas a los estudiantes secundarios y nos opusimos, quiso que mandemos las listas de los estudiantes que tomaban escuelas por reclamos edilicios y nosotros nos opusimos; entonces fueron por los maestros. Para eso intentaron disciplinarnos y nombrarlos ellos, para eso se derogan las juntas de clasificación (quién designa a los maestros). En este contexto, derogaron las juntas pero todavía no reglamentaron la ley. Por el momento, los maestros siguen siendo designados por saberes acreditados. Como Secretario General de UTE, no quiero que nos designe Macri, ni Filmus, ni Aníbal Ibarra; quiero que nos designen quienes tienen más títulos, más antecedentes y más acreditaciones. Para mi hija no me importa la ideología de su maestro, me interesa que sea un buen maestro. El médico no es bueno por ser radical, justicialista o del PRO. Eso hace la quita de las juntas de clasificación. Lo que pasa es que está muy arraigado, es una pulseada. Nosotros vamos a pelear para que las juntas sigan existiendo. ¿Cuándo no había juntas? Durante la dictadura, ¿Cuando hay juntas? En democracia. Entonces, ningún maestro te va a decir “yo le debo mi cargo a Eduardo López”, te va a decir “le debo mi cargo a mis acreditaciones, saberes; me maté estudiando esto”. Eso es lo que hay que lograr, que no le deban nada a nadie, salvo a los chicos; y a los chicos conocimientos.
¿Cuáles son las principales reivindicaciones en las paritarias de la ciudad?
Uno de los puntos más importantes tiene que ver con la capacitación de servicios. A modo de ilustración, esto lo hacen en empresas como Toyota. Es interesante porque esta empresa saca de las plantas a sus trabajadores y los capacita. No solo le pagan los estudios sino que ponen a un suplente en la planta. A los 3 meses, los trabajadores vuelven con más conocimiento. Para llevar adelante este tipo de proyectos hay que invertir. Hay que pagarle al maestro que no enseña, que sacaste de la planta para que vaya a capacitarse, y al suplente. Por otra parte, también estamos pidiendo más escuelas y más presupuesto. También pedimos más gabinetes psicopedagógicos (hoy hay 21 y deberían haber, por lo menos, 50 o 60) y maestros de apoyo (2 maestros por grado como tienen en las privadas). Hoy día, este gobierno porteño financia maestros de apoyo en las escuelas privadas pero no en las públicas. Mi padre era sodero. En esa fábrica había 6 repartos, salían con 6 camiones, y había un séptimo que estaba ahí para cuando faltaba uno. Ese sería un maestro de apoyo.
¿Se sabe bien cual es el déficit de aulas o escuelas en números?
Actualmente hay 5000 vacantes que faltan. Dicho de otra manera, si ustedes tienen un hijo de 5 años no van a encontrar vacantes en los jardines de infantes. En este sentido, hay que hacer, por lo menos, 100 establecimientos de nivel en inicial. Por su parte, en primaria han falta alrededor de 80 escuelas más, con sus respectivos maestros. En cuanto al nivel medio, se calcula que serían necesarias 30 escuelas para dar cuenta de la matrícula. El déficit de aulas requiere ser abordado con urgencia. Los niños que no van al jardín por falta de vacante, van a un jardín privado, si sus padres y madres tienen el dinero como para poder hacerlo. Pero cuando el papá o la mamá no tienen plata y, por ejemplo, trabajan en un taller clandestino haciendo ropa, ponen a sus hijos a ver televisión 12 horas al día. Yo también soy maestro de grado y te aseguro que un niño que entra a primer grado con 4 años de jardín sabe leer y escribir. En cambio, un pibe que no fue al jardín, no sabe. Entonces, ya ingresas a la primaria en desigualdad de oportunidades. Por eso la necesidad de construir jardines.
Teniendo en cuenta lo que dijo en relación a que Macri dividió la educación en dos, ¿cuáles considera que son los principales desafíos en materia de educación en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires?
En primer lugar, quisiera realizar una consideración: pese a todo lo que dije, pese al retroceso que significa esta gestión, creo que la escuela estatal es mejor que la privada. Trabajo en la escuela estatal, mando a mis hijas a escuela estatal e incluso una de ellas es maestra. Si bien podría mandar a mis hijas a una escuela privada, no lo hago porque creo que la educación pública es mejor. En los secundarios, por ejemplo, hay centros de estudiantes en donde los chicos participan y se organizas. Esto no ocurre en los colegios privados. La escuela estatal enseña ciudadanía, es una escuela que incluye a todos; y yo quiero que mis hijas prioricen una sociedad que incluya a todos, no quiero que tengan un ataque de pánico cuando vean a un niño en situación de calle, no quiero que piensen que es culpa del niño sino que se hagan responsables de que en parte es culpa de ella como en parte culpa mía y de toda la sociedad. Por eso reivindico la escuela laica, gratuita, obligatoria y de todos. Creo que la escuela pública estatal es como un barco pesquero que tiene que llegar al puerto pero tiene que recuperar a los náufragos. Si a veces se atrasa un poquito para recoger a un naufrago, se atrasa. Es mejor eso que una lancha tirando gente por la borda. Se trata de otra construcción de sociedad y de escuela. Yo respeto a quienes van a las escuelas privadas, entiendo que es una elección familiar, no estoy en contra de las escuelas privadas. Simplemente yo hago una elección distinta y lo quiero manifestar. Dicho esto, es importante pensar en la calidad de las escuelas estatales. Hay una batería de temas que dije anteriormente y se tienen que resolver. El chico de escuela estatal no solo tiene que aprender mejores valores que la escuela privada sino que tiene que tener más conocimientos. Para eso tiene que haber más inversión, apoyo, capacitación de servicio, gabinetes. También tenemos que ofrecer en las escuelas públicas actividades que se ofrecen en las privadas, como ajedrez, teatro, computación o hockey. Nosotros tenemos que ofrecer todo eso y más. En definitiva, a la escuela pública hay que equipararla en conocimientos con respecto a la privada, pero nada más. En valores es mejor que la privada, eso es lo que hay que empezar a rescatar.