Escabiosis.

Publicado: 01 nov 2019
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La sarna o escabiosis es una enfermedad de la piel transmitida por un ácaro y que, en personas con el sistema inmunológico deprimido, puede ser grave.

El parásito que causa la sarna al ser humano recibe el nombre de Sarcoptes scabei y se transmite por el contacto piel con piel. Los primeros síntomas de la sarna aparecen entre tres y seis semanas después de sufrir el contagio y aparece fundamentalmente como un picor.

Los ácaros perforan la capa más superficial de la piel, la capa córnea, que está formada por una sustancia llamada queratina, y una vez dentro forman túneles que terminan en un punto más amplio llamado «eminencia acarina». Ahí viven, ponen sus huevos y mueren. Las larvas pueden salir al exterior a través de los túneles y contagiar la misma piel o la de otras personas.

El médico es quien determina la enfermedad, que también se puede detectar con una pruebas específicas que detectan la presencia de este ácaro. El tratamiento consiste en eliminar el ácaro de la piel y aliviar el picor de la persona afectada, usando fármacos específicos para ello.

Los expertos recomiendan entre otras cosas, evitar el contacto con la persona infectada de sarna, lavar la ropa y las sábanas con agua caliente; y al propio infectado se le recomienda que tenga mucha higiene, sobre todo lavarse las manos, y tener también las uñas limpias para evitar las infecciones secundarias en la piel.

Para aliviar la sensación de escozor y de picor otra de las recomendaciones es usar paños mojados y aplicarlos en las zonas afectadas. Los animales también pueden tener sarna o escabiosis, pero está causada por otro tipo de ácaro y no se puede transmitir a las personas.

Al año se infectan de sarna 300 millones de personas.