Golpes en los Niños.

Publicado: 10 mar 2019
Comentarios: 0

Las caídas, los porrazos y los chichones son comunes en la niñez .

Ante golpes en la cabeza, se suele correr a una guardia en la búsqueda de la realización de radiografía.

La realidad es que las radiografías de cráneo tiene escasa utilidad y se realizan ante indicaciones muy puntuales.

Un niño que tuvo un golpe en la cabeza leve, sin factores de riesgo, sin ninguna anormalidad en la clínica, será observado en la guardia unas horas y luego en casa, dando pautas de alarma, sin necesidad de radiografías ni de otro examen.

Un niño que nos llama la atención y creemos que puede tener alguna consecuencia cerebral de su golpe, requiere, no radiografías, sino estudios más complejos como una tomografía computada.

¿Cuándo se debe concurrir a la guardia?:

Cuando el niño perdió la conciencia luego del golpe, la haya recuperado o no.
Cuando el niño no está «como siempre» (no juega, está continuamente irritable, no se alimenta).
Cuando presenta algún signo neurológico específico (convulsiones, debilidad de alguna parte del cuerpo).
Cuando presenta vómitos?.

Cuando presenta algún signo de fractura (hundimiento de alguna parte del cráneo, por ejemplo, o un «chichón» que abarca gran parte del cuero cabelludo).
Cuando el golpe estuvo asociado a caída desde algún elemento, altura o estructura, como el andador o una escalera .

Si no pasó nada de esto, el niño está jugando y con ganas probablemente de golpearse de nuevo, las conductas a seguir son:

Observación en casa las siguientes 24-48 horas.

Si aparece alguno de los signos anteriores, concurrir al médico.
Frío  en el chichón, si es que lo hay. Si hay dolor, algún analgésico. No manteca, ni azufre, ni pomadas con medicación ni ninguna otra cosa. 

Frío (hielo envuelto en un paño, por ejemplo) solamente.
El niño puede dormir, otra cosa es perder la conciencia después del golpe, eso requiere una consulta. 

Otra cosa es que, entre el llanto, el miedo y nuestro propio estrés, el niño se duerma como lo hace habitualmente. Si es así, dejarlo descansar.


Hay un mito que dice que los golpes en la frente son «los peores» ¡El hueso frontal es el más fuerte del cuerpo!. Se podría decir que en ausencia de otros síntomas, es el que menos nos preocupa.

Fuente;: Sabrina Critzmann, Médica Pediátrica