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Impedanciometría.
Publicado: 09 sep 2024
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La salud auditiva depende en buena parte de un cuidado y unas revisiones periódicas, de manera que pueda detectarse cualquier problema de forma temprana y así solucionarlo cuanto antes.
La impedanciometría es uno de los estudios que permiten evaluar de forma objetiva (sin necesidad de la cooperación del paciente) la reacción del oído medio a los estímulos sónicos, y el nivel de vibración libre del tímpano cuando este se ve sometido a diferentes presiones.
Esta impedanciometría auditiva permite también determinar la tensión de la cadena de huesecillos que se encuentra bajo el músculo del estribo como respuesta a un sonido fuerte. De esta forma, si se produce un umbral de reacción de entre 75 y 95 decibelios podemos decir que hay signo de audición.
La realización de una impedanciometría en el oído da la oportunidad al especialista de obtener toda la información que necesita sobre la presión del oído medio, la función de la trompa de Eustaquio, la integridad y movilidad de la membrana timpánica, y de la continuidad de la cadena oscicular. Solo obteniendo estos datos podrá determinar de forma precisa si el paciente tiene alguna afectación a nivel del oído medio
Mientras que en un oído sano el tímpano y la cadena oscicular (compuesta por los huesos martillo, estribo y yunque) se articulan sin producir ningún tipo de fricción entre sí. Algo que no ocurre cuando esta estructura está alterada o existe una acumulación de serosidad en la zona.
Este tipo de alteraciones se denominan impedancias acústicas, el objetivo principal de estudio para el que se realiza una prueba como es la impedanciometría auditiva.
La realización de una prueba como la impedanciometría debe indicarse una vez se hayan hecho otras pruebas para valorar déficits auditivos como la otoscopia o la audiometría, pero no requiere ningún tipo de preparación específica por parte del paciente.
La impedanciometría auditiva implica la realización de dos pruebas diferentes.
La primera de ellas es la timpanometría, que permite analizar la movilidad del tímpano.
La segunda es el reflejo estapedial, un estudio que permite estudiar la contracción del músculo del estribo ante un sonido fuerte, que por lo general provoca una disminución de la cadena osicular y provoca un aumento de la impedancia.
Para realizar esta impedanciometría resulta necesaria la utilización de un impedanciómetro o timpanómetro.
La primera de las pruebas, la timpanometría, tiene como objetivo valorar el estado y la integridad del oído medio, prestando especial atención a que su funcionalidad sea la adecuada y a que la presión a ambos lados del tímpano se mantenga equilibrada. Durante su realización el paciente deberá estar en silencio, evitando bostezar o deglutir.
Para realizar la timpanometría se produce la introducción de la sonda de medición del timpanómetro en el conducto auditivo externo. Esta es la responsable de registrar el cambio de volúmenes que se producen en el oído medio a la hora de hacer presiones positivas y negativas. La timpanometría es una prueba rápida y sencilla.
La medición del reflejo estapedial supone la segunda parte de esta impedanciometría.
Estudiar estos reflejos involuntarios que protegen el oído ante los sonidos de alta intensidad se miden utilizando también la sonda en el conducto auditivo externo. En este caso, además, se coloca en el oído contrario un micrófono que permita medir el reflejo estapedial colateral.
El estudio del reflejo estapedial permite orientar al especialista sobre el punto más dañado de la cóclea. La falta de este reflejo supondría una patología auditiva. Para comprender lo que supone esta deficiencia es necesario saber que en una persona normoyente (persona con audición normal) el registro habitual en este estudio está en torno a los 70/80 decibelios por encima del umbral auditivo. De aparecer de forma tardía o estar ausentes evidenciaría un umbral auditivo alterado.