Multitudinario Acto en Defensa de la Memoria.
Tardecita del sábado 4 de enero en la Avenida del Libertador 8151, miles de personas se convocan a luchar por la MEMORIA, la VERDAD y la JUSTICIA.
«Una memoria que arde» fue el lema de la convocatoria.
Desde temprano hubo grupos de familias y amigos paseando entre los puestos de la feria popular montada en el predio de la ex ESMA o conversando sobre el pasto con sus mates.
La tarde empezó a ritmo de candombe. Por una de las calles principales entró en escena el Colectivo Danza Afro: mujeres de todas las edades vestidas de rojo avanzaron bailando y, detrás de ellas, la cuerda de tambores con los personajes típicos del carnaval.
Poco después, uno de los integrantes de ATE dio inicio al festival y a lo largo de toda la tarde desfilaron por el escenario varios artistas: el primero fue Juan Carlos «Tata» Cedrón.
También hubo lecturas de poesía y canciones que expresaron la diversidad en materia de géneros musicales.
Un momento conmovedor fue la apertura con el Himno Nacional ejecutado por la Orquesta Andina del Suteba de Lomas y también la interpretación de «Como la cigarra», de María Elena Walsh, que fue coreada por todos y acompañada por pañuelos blancos sostenidos en alto con el lema «Nunca Más».
Miles de personas se reunieron por la reapertura del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, para repudiar los cientos de despidos en la Secretaría de Derechos Humanos y el anuncio del «cierre y reestructuración» del Centro.
«Sin trabajadores no hay memoria» fue la consigna principal del festival «Una memoria que arde» organizado por trabajadores del Centro Cultural Haroldo Conti y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).
En diciembre se concretó el cese de 2.400 contratos en el Ministerio de Justicia bajo la modalidad conocida como ACARA (Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina) 400 eran de Derechos Humanos.
Áreas enteras y sitios de Memoria quedaron diezmados de trabajadores. Algunos quedaron en cero.
A este cuadro se le sumó el anuncio del secretario de Derechos Humanos, Alberto Baños, del cierre y reestructuración del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.
En respuesta, trabajadores y ATE organizaron este festival donde participaron diferentes referentes de derechos humanos como el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y músicos reconocidos como Liliana Herrero y Juan Falú, entre otros.
El escenario se montó frente a la entrada del Centro Cultural Conti, ahora cerrado temporalmente por decisión del secretario Baños. Entre los asistentes, hubo banderas de sindicatos de trabajadores de Aerolíneas Argentinas, el Hospital Bonaparte y Sipreba. También de organismos de derechos humanos como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Sobre el cierre de El Conti, Baños aseguró que, en realidad, se trata de un «cese» para realizar una reestructuración. «No se podía hacer todo eso con la gente en la puerta. El sindicato entrando a los edificios etc.«, consideró.
«Todo este proceder inhumano que está realizando este gobierno ya se está visibilizando. Yo quisiera tener un mano a mano con Villarruel, Milei y compañía para preguntarles cara a cara si ellos están de acuerdo con sus amigos genocidas de haber tirado vivos al río a tantos de nuestros hijos desde ese avión que recuperamos, a nuestras madres, a las monjas francesas y a tantos otros. Yo les preguntaría si están de acuerdo con sus amigos genocidas de haberse apropiado de los bebés. Todas, Abuelas y Madres, hemos recuperado 138 nietos», afirmó Taty Almeida desde el escenario.
“Una memoria que arde. El Conti en guardia” fue el lema con el que se difundió la convocatoria y también las frases que estaban escritas en los carteles dispuestos en el ingreso para recibir al público.
El encuentro fue impulsado por el colectivo de trabajadores y se llevó a cabo en las puertas del espacio que permanece cerrado desde el jueves por decisión del secretario de Derechos Humanos de la Nación, Alberto Baños.
«Nosotros venimos denunciando el desmantelamiento de la Secretaría de Derechos Humanos y de todo el Ministerio de Justicia”, apunta el delegado de ATE en la secretaria, Octavio Rampoldi.
“Desde marzo venimos sufriendo despidos, somos perseguidos y estigmatizados. El cierre del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, al que esta gestión le cambió el nombre quitándole la palabra memoria, no es más que otro capítulo en esta avanzada de Alberto Baños y Mariano Cúneo Libarona. Todos los meses tuvimos despidos: en esta última etapa fueron despedidos 252 compañeros. Hacia fines de 2023, en la Secretaría éramos un poco más de mil trabajadores y hoy quedamos 800: de esos 800 hoy ya hay 252 despedidos y otros 300 tienen serio peligro de perder sus puestos de trabajo porque no tienen asegurada su continuidad laboral con la renovación de contrato», señalo Rampoldi.
Una reapropiación sensible del lugar fue lo que se vivió a lo largo de la jornada: contra el negacionismo, memoria; contra el ajuste, solidaridad; contra la deshumanización, empatía. Bajo el mismo espíritu que guió al Conti desde su inauguración en 2008, el sábado hubo alegría, fiesta, reunión y compromiso en un contexto de angustia, tensión e incertidumbre para los trabajadores que el último día del año, a las 14, recibieron este mensaje de WhatsApp: “El secretario de Derechos Humanos hace saber a todo el personal del Centro Cultural Haroldo Conti que se procede al cierre del mismo a partir del 2 de enero de 2025. Ello a efectos de velar por una adecuada reestructuración interna, rearmado de equipos de trabajo y análisis de la programación del año entrante”.