«NO al ALCA».

Publicado: 05 nov 2021
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Un 5 de noviembre de hace 16 años (5-11-2005) se producía un hito en la historia de la integración regional: la derrota diplomática del Tratado de Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), impulsada por los presidentes Néstor Kirchner (Argentina), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Hugo Chávez (Venezuela), Nicanor Duarte Frutos (Paraguay) y Tabaré Vázquez (Uruguay).

Todos se negaron a implementar el proyecto propuesto por el gobierno de los Estados Unidos que proponía la creación de un mercado para la libre competencia, desde Alaska a Tierra del Fuego, con la eliminación de barreras arancelarias y la liberalización de servicios.

Liderado por el presidente de Estados Unidos George W. Bush, significaba la libre competencia entre los principales monopolios y fuerzas económicas dominantes en el mercado.

Se trató de un momento histórico para la soberanía de Latinoamérica ya que, en el marco de la IV Cumbre de las Américas, por primera vez los principales líderes políticos de la región lograron imponerse a la consolidación del poder económico de las grandes transnacionales y de las élites dominantes.

 

Néstor Kirchner, Luiz Inácio Lula da Silva y Hugo Chávez fueron los grandes conductores del rechazo al ALCA, entendiendo que la consolidación de ese acuerdo implicaba una amenaza para la capacidad de los Estados Latinoamericanos de poner en práctica políticas que reactiven la economía local, promuevan el desarrollo económico y la integración social.

Además de haber identificado la necesidad de la integración regional, desde sus políticas públicas se veía en ellos una búsqueda del fortalecimiento de los mecanismos de participación popular, las industrias nacionales, la puesta en valor de la cultura local y una visión crítica del neoliberalismo, del cual buscaban apartarse.

Defendían un modelo basado en la integración regional entre iguales, y en defensa de la autonomía política, económica y cultural de los pueblos.

Fue un evento sin precedentes en Argentina y en la región para expresar, con el grito de «Fuera Bush», la voluntad popular que rechazaba la intervención del gobierno de Estados Unidos.

La manifestación puso en escena el coraje y la convicción de las y los argentinos, que reconocían en la figura de Bush un amenaza contra sus derechos soberanos, en respuesta a la demostración de fuerza del despliegue del operativo táctico de la marina norteamericana, que acompañaba la llegada de su presidente, junto con la operación mediática de los grandes canales de televisión, augurando violencia y destrozos.

Del 1 al 4 de noviembre de 2005 salió a las calle una sociedad consciente de lo que sería el ALCA para sus vidas: dirigentes políticos y sociales, organizaciones sociales, sindicales, campesinas, estudiantiles, culturales y de derechos humanos llegaron a Mar del Plata en caravana y a través del tren blanco, que había salido desde Buenos Aires.

La llamada contracumbre contó con la producción del diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, el cantante Silvio Rodríguez, la logística del dirigente social Luis D´Elía, y culminó en un gran acto en el Estadio Mundialista de Mar del Plata con Hugo Chávez como orador central.

El entonces presidente de Venezuela invitó a decir algunas palabras a Hebe de Bonafini (Asociación Madres de Plaza de Mayo), a Diego Maradona y al por entonces candidato a presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, y cerró la jornada con la emblemática frase: “ALCA, alca, al carajo!”

 

La expresión artística anti-imperialista, que acompañó a estos líderes políticos en el rechazo al ALCA, fue un factor determinante de la victoria. Los eventos del «NO al ALCA» y sus performances sentaron una nueva etapa de empoderamiento para los y las activistas que desde sus prácticas artísticas se manifestaron políticamente en el espacio público.

El «No al Alca» fue un grito de soberanía y recuperación de la autoestima de una Patria Grande que volvía a escuchar el corazón de su tierra y no los dictámenes culturales importados por las élites locales de los grandes centros financieros del mundo.

Dio un sentido de dignidad a las juventudes que se reencontraban con la política de la mano de líderes que volvían a tener el color, el sentir y el decir de su pueblo. El cambio cultural y moral que los trabajadores reclamaban luego de décadas gobernadas a imagen y semejanza de las políticas de mercado del consenso de Washington.

Las decisiones que allí se tomaron dieron lugar en América Latina a un cambio de paradigma, el de la unidad en la diversidad. Sólo se necesitaba que en la cumbre sus presidentes representaran los intereses de sus pueblos.

El pueblo en las calles y cinco presidentes enterraron el ALCA, marcando el comienzo de una nueva era para la Patria Grande.

El 16° aniversario del rechazo al ALCA nos encuentra transitando un contexto de incertidumbre en el marco de una pandemia global. En esta coyuntura se vuelve indispensable recordar la decisión estratégica de los líderes políticos que motorizaron este hito histórico. Un modelo de construcción política basado en la integración regional, el respeto a la voluntad y soberanía de los pueblos, se presenta como la guía necesaria para la reconstrucción latinoamericana hacia el futuro.