San Martín Retorna a su Patria (9 de marzo de 1812).

Publicado: 08 mar 2021
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El 9 de Marzo de 1812 la marcha de la Independencia de las Provincias Unidas iba a cambiar definitivamente, ese día arribó a Buenos Aires la fragata “George Canning” siendo uno de sus pasajeros el Teniente Coronel de Caballería José Francisco de San Martín.

Soplaba un cruel viento frío aquella mañana de invierno inglés del domingo 19 de enero de 1812, cuando zarpó la fragata de la Armada de Su Majestad, George Canning.

Era una nave mercante de tres palos comandada por Sebastian Julloch que traía manufacturas inglesas para llevarse cueros y otras materias primas, cuestiones de la división internacional del trabajo.

Venían a bordo unos veinte pasajeros; entre ellos nos interesan particularmente José de San Martín, Carlos de Alvear, Matías Zapiola, Francisco Chilavert, el capitán de infantería Francisco Vera y un oficial, nacido en el Imperio Austríaco, pero al servicio de la corona española, Eduardo Kaunitz, que se haría más conocido por su título de barón de Holmberg, cuya vida ya comenzaba a tornarse novelesca.

Alvear generaba cierta envidia en el pasaje masculino porque hacía la travesía acompañado por su bella esposa, María del Carmen Sáenz de Quintanilla, una joven andaluza de 18 años nacida Jerez de la Frontera, con quien se había casado en Cádiz el 26 de julio de 1809, en plena guerra contra los franceses.

También venían en la nave dos jóvenes inglesas, Frances, de 23 años y Mathilda, de 20, hermanas de Peter Kendall, un comerciante establecido en el Río de la Plata que regresaba a Buenos Aires en ese viaje. Pero el pasajero mejor atendido del pasaje fue sin dudas Thomas Eastman, nada menos que el dueño de la George Canning.

El niño que dejó su Patria en 1784, retornó como un experimentado militar formado en el ejército español, cargando sobre sus hombros veintidós años en los campos de batalla al servicio de España, bajo las órdenes de notables Generales entre ellos Antonio Ricardos, Francisco Javier Castaños, y su admirado General Solano.

Fue testigo además, de las nuevas tácticas empleadas por el genio de Napoleón, habiendo enfrentado a sus huestes en los primeros años de la Guerra de Independencia española, drama en el cual San Martín se destacó en los campos de Arjonilla y Bailén.

Para 1812, en el Rio de la Plata no había elemento alguno que cuente con la experiencia del ya veterano Teniente Coronel, al que inmediatamente (16/03/1812) se le confió el mando de un Cuerpo de Caballería formado por la diestra mano de su Comandante, que a la postre va a desplegar su bizarría y su gloria por medio Continente.

Fuente: Instituto Sanmartiniano