Será Nombrada «Padre Rodolfo Ricciardelli» la Villa 1-11-14 del Bajo Flores.

Publicado: 12 sep 2019
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Alrededor de las 14 horas de este martes 10 de septiembre en el Salón San Martín de la Legislatura de la Ciudad, se llevó a cabo la audiencia pública para bautizar a la villa 1-11-14 con el nombre de barrio Padre Rodolfo Ricciardelli.

Los oradores fueron amigos y ex compañeros, miembros de organizaciones barriales y sindicales, además de vecinos de la zona.

Pasaron de a uno al atril para exponer su punto de vista y todos coincidieron en la importancia que la 1-11-14 deje de ser un número para “pasar a tener un nombre como cualquier otro barrio de la Ciudad” y que mejor denominación que la correspondiente al Padre que vivió tantos años en el lugar.

Uno de los que inicio el pedido fue el Padre Domingo Bresci, viejo amigo y compañero de Ricciardelli.

El proyecto fue presentado por la Comuna 7, que en conjunto con vecinos y legisladores trabajaron para la sanción en primera lectura.

Formaron parte de la audiencia pública los legisladores María Rosa Muiños (BP), Omar Abboud, Gastón Blanchetierre, Marilú González Estevarena, Eduardo Santamarina, Fernando Yuan, Lía Rueda (VJ) y Paula Penacca (UC).

El padre Ricciardelli fue uno de los fundadores del movimiento Sacerdotes del Tercer Mundo y fue designado al frente de la parroquia Santa María del Pueblo, donde por más de 30 años realizó una obra reconocida por todos los vecinos del Bajo Flores.

Como laico militó en la Juventud Universitaria Católica (JUC), tras ser ex alumno salesiano del Colegio León XIII; fue ordenado sacerdote en Buenos Aires el 22 de septiembre de 1962.
Fue licenciado en Teología por la Pontificia Universidad Católica Argentina «Santa María de los Buenos Aires».
Después de su ordenación se desempeñó como vicario cooperador de Santa Elena, de 1962 a 1968; vicario cooperador de  San Francisco Solano, de 1968 a 1975; administrador parroquial de Santa María Madre del Pueblo de 1975 a 1986 y desde el 1 de abril de 1999 hasta su deceso ( 13 de julio de 2008) fue párroco de Santa María Madre del Pueblo, primera parroquia fundada en una villa por monseñor Jorge Vernazza, ubicada en la villa 1-11-14 del Bajo Flores, el lugar que eligió para vivir.
Era miembro del Equipo Responsable de asegurar la labor pastoral que se realiza en las villas de emergencia de la arquidiócesis de Buenos Aires.

Junto a Vernazza, otro veterano del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, denunció los atropellos de la última dictadura cívico militar, especialmente ante el llamado «Plan de Erradicación de Villas».

Fue un gran amigo de Carlos Mugica. Acompañó a Emilio Mignone en su búsqueda de Mónica Mignone, su hija desaparecida con otros seis militantes del  «Proyecto Belén» en el Bajo Flores

Años después, a principios de la década de los `80 y aún durante la dictadura, enarboló durante un Congreso Eucarístico una bandera reclamando la aparición de las personas que se encontraban desaparecidas.

Estas acciones, hicieron que fuera atacada con armas de fuego una capilla donde se encontraba, resultando ileso.

Fue uno de los tres sacerdotes que trajo al país el «Manifiesto de los Obispos del Tercer Mundo» a finales de 1967 (los otros dos fueron Miguel Ramondetti y Rubén Dri).

Juntos, Carlos Mugica, Domingo Bresci, Rodolfo Ricciardelli, Jorge Vernazza y Héctor Botán, adhirieron a la corriente del Peronismo Nacional y Popular.

Con otros curas tercermundistas participó del encuentro de los sacerdotes del MSTM con el General Juan Domingo Perón en noviembre de 1972; y lo acompañó en su regreso a la Argentina, en junio de 1973.