Violeta Parra… Suicidio y Legado.

Publicado: 05 feb 2022
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Un día como hoy, 5 de febrero de 1967, murió la cantautora y artista nacional Violeta Parra.

Tenía 49 años cuando se suicidó en Santiago de Chile, pocos meses después de la grabación de Las últimas composiciones, el disco más popular de su obra.

La contribución de Violeta Parra al quehacer artístico chileno se considera de gran valor y trascendencia.

Su trabajo sirvió de inspiración a varios artistas posteriores, quienes continuaron con su tarea de rescate de la música del campo chileno y las manifestaciones constituyentes del folclore de Chile y América Latina.

Sus canciones las versionaron diversos artistas, tanto chilenos como extranjeros. En conmemoración de su natalicio, el 4 de octubre es celebrado el «Día de la música y de los músicos chilenos«.

Mientras que para muchos resulta paradójico que la autora de Gracias a la vida, un himno a la existencia, se suicidara un año después de escribirla, otros críticos de su obra perciben en la letra, en el estilo de musicalización, en los tonos usados y en la monotonía de sus temas el reflejo de un estado de ánimo depresivo y una canción de despedida.

Escuchando sus canciones y leyendo sus cartas parece que las relaciones románticas no eran el único eje sobre el que pivotaba su experiencia vital y artística, sino que la desazón que más le pesaba tenía que ver con la realidad social que habitaba, con su frustración por el panorama político y la falta de libertad del pueblo chileno. Y es atendiendo a ese compromiso con lo colectivo desde donde podemos leer a contrapelo la historia de su vida y su muerte.

 

Violeta del Carmen Parra Sandoval, tercera de ocho hermanos, nació un 4 de octubre de 1917 en San Carlos (Chile).

En esa época, su familia se hallaba entre las decenas de miles de migrantes del sur agrícola y del norte minero que se desplazaron a Santiago en busca de empleo.

Y aunque fue a unos cientos de kilómetros de la capital, las relaciones sociales que entablaron allí fueron claves para que su padre, Nicanor, fuese contratado como profesor de Estado en el regimiento militar de Lautaro.

A pesar de que Violeta Parra no habló prácticamente nunca de este lugar –podemos imaginar que le traía malos recuerdos– fueron muchos los acontecimientos que allí sucedieron y que marcaron su forma de enfrentar y comprender la vida, la muerte y la centralidad de la política en todo ello.

En su trayectoria, Violeta Parra publicó once álbumes que se vendieron tanto dentro como fuera de las fronteras de Chile, y entre los logros de su biografía destaca también el haber sido la primera mujer latinoamericana en exponer su obra, algunos óleos y esculturas, en el museo Louvre de París.

En la carta de despedida que le dejó a Nicanor Parra (su hermano) decía: «Yo no me suicido por amor. Lo hago por el orgullo que rebalsa a los mediocres», comienza a escribir, para continuar con quejas contra el poder: «El presidente Frei es un farsante. Fidel es un romántico. Lenin se equivocó. No quiero que mis hijos sean más cobardes». Demostrando de manera explícita qué era lo que rondaba su cabeza en el momento que decidió pegarse un tiro en la sien.