15.200 Alumnos NO Tienen Clases en la CABA por Falta de Docentes.

Publicado: 08 ago 2023
Comentarios: 0

En 4° grado de una escuela pública de Palermo dicen «Desde que iniciaron las clases que no tenemos profe de inglés». Lo que parece un caso aislado se repite en cientos de establecimientos educativos del nivel primario de la Ciudad donde hay más de 200 cargos diarios sin cubrir.

La falta de docentes también se da en el nivel medio, con un saldo de 1.800 horas libres por día por carencia de profesores.

Pero esta no es la única problemática que deja a miles de pibes sin clases en la CABA.

 

Las malas condiciones de los edificios escolares y su falta de mantenimiento ya ocasionaron más de 33.300 horas sin clases en el primer semestre.

Unas 350 horas por día, que afectan a un estimado de 16.000 alumnos. Mucho más que cualquier paro docente, a pesar del discurso oficial que opta por centrarse en este tema y perseguir a la comunidad educativa.

Esta semana, de hecho, una escuela de Soldati amaneció con una hoja pegada en la pared con los nombres de cada docente que adhería a la medida de fuerza. En ese mismo establecimiento, durante el último mes estuvieron cinco días sin clases en el turno mañana y seis en el turno tarde por falta de agua y luz, y problemas con la bomba de agua.

La diputada porteña Maru Bielli (FdT) se centra en la falta de docentes. «Todos los días quedan en promedio cerca de 200 cargos en el nivel primario sin cubrir. Esto equivale a 5000 niños y niñas que no tienen clases por día«.

Lo mismo ocurre en el nivel secundario donde hay más de 1.800 horas libres por el mismo motivo. Para Bielli, «la Ciudad está en emergencia docente. Tan solo en junio hubo alrededor de 13.000 niños y niñas que no tuvieron inglés en todo el mes. Es por eso que, junto a Leandro Santoro tenemos un programa de gobierno que apunta a fortalecer, jerarquizar y reconocer como corresponde el trabajo docente. Su tarea es indispensable para garantizar una educación pública de calidad”.

Entre primaria y secundaria relevaron 15.200 estudiantes por día que no tienen clases por falta de docentes.
Pero a esta cifra hay que sumarle quienes tampoco cursaron por problemas de infraestructura.

Esta semana, la Secretaría de Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo de la UTE presentó un informe donde relevaron que en el primer semestre en la CABA «hubo 33.300 horas sin clases en escuelas porteñas; si dividimos esa cifra por los 92 días de clases que tendría que haber habido en el primer semestre, nos da alrededor de 550 estudiantes que por día no tuvieron clases por problemas de infraestructura«, detalla Pablo Francisco, titular de la Secretaría.

En un 58,3% se debieron a falta de luz, gas y agua. Una de cada cuatro instituciones sin clases debieron suspender por la presencia de plagas; el 16,1% restante sufrió otros problemas edilicios. De las 94 instituciones educativas que denuncian problemas edilicios, 63 son del sur: el 67%.

la Legisladora Bielli remarca que las 1.800 horas libres por jornada en secundaria equivalen a «ocho escuelas cerradas por día o 257 cursos». Mientras que las 350 horas diarias sin clases por problemas en la infraestructura representan otras cinco escuelas cerradas por día. Casi 16.000 estudiantes sin clases y un equivalente a 13 escuelas cerradas por día es el saldo de la carencia de docentes y las malas condiciones edilicias


La Escuela Primaria Común Nº 19 Distrito Escolar 19 José Martí de Villa Soldati tiene una matrícula de 730 alumnos repartidos en los turnos mañana y tarde.

Entre junio y julio estuvo cinco días sin abrir. «Tenemos un problema muy grande con la luz porque fallan las fases eléctricas. Siempre se corta alguna. Si se apaga la caldera se apaga la luz. Hay días de mucho calor y está prendida la calefacción y varios días de mucho frío no tira nada», cuenta Juan Manuel Di Vincenzo, docente y delegado.

En marzo, en la Escuela Mitre de Balvanera explotó un tablero eléctrico. 

Un mes después se desmoronó parte del cielo raso de un aula de 1° grado de la Escuela N° 15 de San Cristóbal.

Dos semanas atrás sucedió lo mismo en Lugano. Al combo se suman las ratas. En la Técnica Nº 9 Ingeniero Huergo de Caballito estuvieron 12 días sin poder entrar: «había una invasión de ratas. Fue necesaria la organización de estudiantes y familias que exigimos desde un primer momento que el Ministerio de Educación venga a desratizar», recuerda Gabriela Bruno, mamá de una alumna.

En la Huergo un estudiante fue mordido por un roedor cuando estaba en el recreo. «Si no nos hubiéramos organizado como papás, esto hubiera demorado un montón. Enviaron a fumigar a una sola persona que en aquel momento presentó un QR, otros papás averiguaron y era una empresa que tenía la habilitación vencida», agrega.

El lunes pasado, las comunidades de las escuelas JII 12 y Primaria Nº 1 de Lugano hallaron roedores. «Son ratas muy grandes, los materiales de educación física aparecieron todos mordidos, comidos y con mucho excremento. En la semana encontraron una rata muerta en la cocina», cuenta Jorge Raúl Rodríguez, profesor de Educación Física. Ahí, en cambio, la orden del Ministerio fue abrir como sea: «ya elevamos la documentación a Infraestructura para que venga a desratizar pero nos ignoraron. Hablamos con la Supervisión y nos dieron la orden de no suspender las clases». «

En la Ciudad desde hace años existe un plan para privatizar áreas de la educación. El Ejecutivo pagará $180 millones a una firma británica (Pearson Education S.A.) para dictar clases de inglés a estudiantes de escuelas públicas.

Pero no es un caso aislado. La gestión de Larreta ya privatizó o concesionó comedores escolares, infraestructura, mantenimiento escolar y el dictado de cátedras y cursos.

Por ejemplo, eliminaron las cuadrillas del Estado que realizaban el mantenimiento integral de toda la infraestructura escolar. Están las concesiones con 19 firmas privadas que repartieron más de 12.000 millones de pesos, para administrar los comedores de las escuelas públicas, y el dictado de «Educación Financiera» en manos de empresas como Ualá, Mercado Libre, Ripio, Balanz, Afluenta y Poincenot.

Fuente: Tiempo Argentino.